Todo comenzó con desapariciones...
Pero poco a poco todos se darán cuenta que el asunto es algo sobrenatural que diezma a la humanidad;
Los pone unos contra otros...
Los vuelve inhumanos...
Solo tienen las opciones de;
Luchar por sobrevivir...
O
Ren...
Una semana después Ino se encontraba de pie ante un gran espejo que se hallaba en su habitación.
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--Tenten es una tonta al no aprovechar todo lo que le ofrece Neji--Murmuró pintando sus labios de un seductor color rojo.--Y yo me merezco lo mejor de lo mejor...--Sonrió burlona mientras daba una vuelta sobre si misma ante él espejo sintiendose complacida con su aspecto.
Sentía que esa era la oportunidad perfecta para seducirlo y obtener ciertos beneficios, después de todo Sai había salido a un encargó de Neji y no se enteraría de nada.
Se perfumo y salió rumbó a la habitación de Neji, al estar fuera sintió cierto recelo y culpabilidad, pero el imaginarse todo lo que podría tener la motivo a continuar, levantó el puño y dio dos toques con sus nudillos.
La puerta se abrió y aparecio el castaño con su senblante serio de siempre, ni una mirada por completo le dedicó a la rubia.
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Ella lo nombró y trató de sonreír pero la sonrisa se borraba de su cara de inmediato, se sentía tonta.
--¿Qué haces aquí?--Cuestionó de tirón, déjandola algo desubicada pero recupero su aura seductora y continúo.
Le sonrió seductoramente y le colocó las palmas de las manos en el pecho.--Solo quería hacerte compañía Neji, yo soy más dócil y obediente que Tenten...--Se maldecia a ella misma por estar haciendo algo tan degradante, ya que de paso parecía ser que en Neji no despertaba ni un mal pensamiento.
Hasta qué él le colocó las palmas de las manos en la cintura mientras se inclinaba hacía su oído.--Con que eso quieres...--Susurró dándole la vuelta y pegandola a él para sentir sus curvas contra su cuerpo.
--Busco poder.---Susurró sintiendo la respiración de Neji en su cuello y sus manos recorriendo los contornos de su cadera, todo parecía ir bien hasta que sintió sus muñecas atadas en la espalda.
--¿¡Qué rayos haces!?--Cuestionó forcejeando.
--Te daré un castigo, es inútil que alguien como tú quiera algo de mí y eso ya deberías saberlo.--La llevó a rastras hacía el calabozo donde estaba Tenten y en la celda continua la botó al piso y la amarro con cuerdas dejandola prácticamente inmovil--No beberás sangre hasta el día que Sai regrese y tú otro castigo será explicarle tú misma lo que haz tratado de hacer.--
