2: Historia

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Salta y la Revolución de Mayo

Los españoles llegaron a América en 1492 de la mano de Cristóbal Colón. Desde ese momento comenzaron la conquista, en nombre de su rey, de todo Centro y Sudamérica. Sus dominios coloniales llegaron hasta estas tierras donde crearon el Virreinato del Ríos de la Plata.

Con el paso de los siglos América quedó habitada mayormente por:

- Aborígenes: descendientes de los pobladores originarios anteriores a la llegada de Colón.

- Criollos: descendientes de europeos, pero nacidos en América.

Ambos grupos se aferraron a su tierra y fueron tomando distancia de los conquistadores europeos.

Luego, en 1806 y 1807, los ingleses trataron de apoderarse de las posesiones españolas en esta región. Invadieron Buenos Aires pero los criollos, casi son apoyo del rey, los expulsaron y vencieron en varias oportunidades en las llamadas Invasiones Inglesas.

A partir de ese hecho se dieron cuenta de su fuerza e importancia: habían vencido a los ingleses, por lo tanto, si multiplicaban su esfuerzo también podían liberarse de España, tal como lo habían hecho los norteamericanos de los británicos en 1776.

Mientras tanto al otro lado del mundo el franses Napoleón Bonaparte había invadido España. Entonces los pobladores del virreinato se preguntaban: ¿De quién eran estas tierras, de España o de Francia?

Ante tantas dudas e interrogantes el Cabildo de Buenos Aires decidió tomar distancia de este conflicto.

Se expulsó al Virrey y todas las autoridades reales y se formó un gobierno criollo propio, hasta tanto se defina ma situación de la corona española.

Fue el famoso Primer Gobierno Patrio del 25 de Mayo de 1810 y, además, el gran procedente de de la independencia.

En esa época no había radio, televisión, telégrafo ni nada por el estilo. La noticia de la formación de la Primera Junta de gobierno criollo tardó varios días en llegar al resto del virreinato. En el interior hubo reacciones diversas: En Córdoba rechazaron esta iniciativa, por otro lado en Salta la tomaron con un gran entusiasmo.

En consecuencia el Cabildo salteño decidió adherir al nuevo régimen y eligió un diputado que represente a esta gobernación en Buenos Aires, con la adhesión de Tucuman, Santiago del Estero y todas las ciudades de su jurisdicción.

Finalmente se dispuso destituir de su cargo al gobernador realista de Salta, Nicolás Severo de Isasmendi, pero Don Severo resistió firmemente la medida y logró desarmar el intento criollo poniendo presos a varios de los cabildantes revolucionarios.

Uno de ellos Calixto Gauna, pudo fugarse y partió a caballo a Buenos Aires para pedir ayuda.

El viaje duraba semanas, sin embargo Gauna lo hizo en sólo 8 días.

Gracias a esta proeza la Junta de Mayo se enteró de los hechos y designó a Feliciano Chiclana para viajar a Salta con refuerzos y restablecer el orden.

Al llegar Chiclana tomó la gobernación, redujo definitivamente las aspiraciones de Isasmendi e incorporó al actual norte argentino la Revolución de Mayo.

Se eligió diputado por Salta a Francisco de Gurruchaga y de ahí en más esta región se convirtió en la cuna de la independencia.

Al poco tiempo en Europa, los españoles vencieron a Napoleón y se liberaron de Francia. Dirigieron nuevamente su mirada a América y se propusieron terminar con esta aventura criolla por la fuerza. Querían recuperar sus dominios en el continente, sobre todo en el Virreinato del Río de la Plata.

Entre sus intentos militares planeaban llegar a Buenos Aires desde el Alto Perú (actual Bolivia). Para ello debían cruzar por Jujuy, Salta, Tucuman, Santiago del Estero y llegar hasta Córdoba  (su aliada). De ahí pretendían fortalecerse, seguir avanzando hacia el sur y terminar la reconquista en la capital.

Pero para desgracia de los españoles o realistas, llego al norte el General Manuel Belgrano.

Gracias a su genio y a sus victorias en memorables batallas, los europeos nunca pudieron pasar más allá de Tucuman.

Después otro grande: el general José de San Martin. El correntino se ánimo a más y, mientras era el jefe del Ejército del Norte, planificó la liberación de todo el continente.

Finalmente se hizo cargo de la situación el general salteño Martin Miguel de Güemes, quien, junto a sus oficiales y gauchos, freno definitivamente el avance de los realistas en Salta.

De esta manera, como el enemigo no podía pasar nunca hacia el sur, el Congreso de Tucuman declaró tranquilamente la Independencia Nacional el 9 de Julio de 1816. Con esa misma seguridad los gobiernos que posteriormente se instalaron en Buenos Aires pudieron comenzar a delinear el camino de la organización de la nueva nación Argentina.

Todo este camino hacia la libertad es obra de nuestros próceres Manuel Belgrano, Jose de San Martin y Martin Miguel de Güemes que merecen capítulos aparte en esta recopilación histórica.

Todo este camino hacia la libertad es obra de nuestros próceres Manuel Belgrano, Jose de San Martin y Martin Miguel de Güemes que merecen capítulos aparte en esta recopilación histórica

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