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Dios, persigo más rápido al de los elotes, ¿¡por qué no puedo sacar esa velocidad ahora!?

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Dios, persigo más rápido al de los elotes, ¿¡por qué no puedo sacar esa velocidad ahora!?

Por quinta vez en lo que llevábamos del mes, estaba llegando tarde a mi trabajo, pero es porque se me pasó la alarma, dormir una hora no es lo más recomendable aunque es lo máximo que me pude permitir hoy.

Al lograr visualizar la puerta de aquel gran restaurante, intento ir más rápido de lo que podía, y al estar frente a la puerta, la abrió de una, haciendo que sonara un gran estruendo. Logrando visualizar a su jefa, Soleth, parada y recargandose sobre la barra que daba hacia la cocina.

— ¡Aquí estoy!, lamento la tardanza. — Hablaba entre cortada obligando a sus pulmones a obtener más aire del que pueden.

— Otra vez tarde, less. — Comento mientras veía el lujoso reloj en su delgada muñeca. — Esto ya me está colmando un poco la paciencia, si sigues así tendré que despedirte. —

Enserio perdón por llegar tarde, pero no e podido dormir adecuadamente con los trabajos finales de la universidad. — Hablo ágilmente mientras se dirigía al cuarto donde estaban los casilleros, para dejar su mochila y cambiarse a su uniforme.

— Si ese es el caso, ¿qué piensas de tomar el turno de la noche?, creo que podrás dormir al menos un rato. — Se había quedado afuera de aquel cuarto, para seguir su plática con la menor.

Al oir eso, abrió al puerta del cuarto, mientras terminaba de arreglar su mandil.

¿Enserio estaría bien que lo tome? — Se veía una pequeña pizca de esperanza en sus ojos.

Si, y aparte necesito más meseros en la noche, ya que vienen más comensales a esas horas, y tú eres alguien muy dedicada a hacer las cosas bien. — Guardo su celular para voltear a ver su trabajadora, quién ya tenía puesto por completo su uniforme.

¡Muchas gracias!, le juro que no la decepcionaré. — Alzo la voz y después abrazó a la más alta por la emoción que la invadió en el momento.

Eso espero, y baja la voz, aún es temprano para tanto alboroto. — Se masajeó el entrecejo y siguió con su regañó. — Y de igual forma sabes que no me agrada el contacto físico, te lo permito solo porque te conozco de hace tiempo, pero preferiría que no lo hicieras. —

Entiendo, lo siento. — Lo pienso y realmente no a cambiado nada desde que empecé a trabajar aquí, y creo que ahora con el cambio podré dormir por lo menos dos horas. — Creo que debería apurarme. —

Dejaré que termines lo que te toca el día de hoy, más al rato llegan los otros dos a ayudarte, y recuerda poner el cartel en abierto. — Mientras seguía hablando se dirigía a la de atrás del restaurante donde se encontraba su oficina. — Aún me faltan documentos que firmar y algunos que entregar, así que si necesitas algo, ve a mi oficina, ¿si? — Agregado eso último, se le notó más estresada, ser jefe no es tan fácil como lo pintan las series y demas.

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