Contempló su trabajo meticulosamente, desde la composición hasta la comodidad. Cada una de las piezas que formaban el conjunto de sábanas, almohadas y cojines estaban estratégicamente colocados.
Conforme con el resultado, se dirigió hacia el baúl que tenía en el rincón de la habitación, lo abrió sacando un conjunto de túnicas desgastadas. Una parte de su ser sabía que la esencia del que fue su dueño ya no se percibía, sin embargo, una parte profunda y primitiva de su ser, se aferraba a ellas. Con las ropas se dispuso a apagar las linternas de la habitación para posteriormente colocarlas en el cúmulo de prendas, siendo el blanco el color predominante, hacia resaltar el escarlata vibrante.
Las puertas del jingshi se abrieron dándole paso al líder de la secta.
—WangJi, ya ordene que nadie se acercara en los próximos días— La sonrisa de su hermano lo tranquilizaba. Su celo aun no llegaba pero sabía del privilegio que gozaba al ser protegido por su hermano.
—Gracias, xiongzhang.
—No las des, en cuanto A-Yuan termine con sus obligaciones vendrá.
Una vez se quedó solo en el jingshi se recostó en el nido esperando por el joven alfa quien era el único que lograba que las molestias del celo fueran más llevaderas.
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