Era el último día que iba a estar con él, y no pude dormir en toda la noche del día anterior porque no sabía si decirle o no que me gustaba.
Cuando llegue a la escuela en la mañana, lo vi. ahí estaba el chico el cual rondaba por mi mente todos los días, Chris Burke. Ese día iba a ser muy especial ya que lo iba a ver por última vez. Por temas familiares él se iba de la escuela y yo estaba discutiendo con mi conciencia si revelar mis sentimientos hacia él antes de que se fuera para siempre.
— Hola jenny —me saludó él algo incómodo.
— Hola Chris —lo saludé nerviosa— así que este es tu última día aquí ¿eh? —agregué después de un silencio incómodo.
— Si... —respondió él.
Sin esperar un minuto más, me moví más cerca de él y lo abracé, rápidamente él me correspondió el abrazo. siempre recordaré esos abrazos que él me daba, eran especiales, no puedo explicar bien pero sus abrazos son tan cálidos y me hacen sentir segura.
— Te voy a extrañar —hablé entre sollozos.
— Yo igual enana —lloré más cuando él dijo ese apodo que tantas veces me ha llamado en vez de mi nombre.
Estuvimos ahí, en medio del pasillo de nuestra escuela, abrazados en nuestra pequeña burbuja.
— No quiero que te vayas...
— Yo tampoco quiero irme, pero tengo que hacerlo.
— Lo sé...
— Aunque sabes que puedes decir esas palabras y me quedaré aquí, lo sabes ¿no?
Sé a qué se refería él, quería que sacara mis sentimientos.
Ambos sabíamos que teníamos sentimientos por el otro pero ninguno lo quiso decir, ya que, los gestos dicen más que las palabras.
No cabe decir que toda mi familia y mis amigas piensan que tengo una relación con él, pero no, ninguno se ha atrevido a dar el siguiente paso.
y creo que ya no pasará...
El timbre, que avisa cuando empiezan las clases, sonó, explotando esa burbuja que habíamos creado.
Me separé de sus cálidos brazos y lo miré a sus ojos, sus ojos estaban brillantes y tenía una mirada triste.
Me dio un beso en la frente y se alejó de mi para entrar al salón de clases. me conoce tan bien que sabía que yo iba a necesitar un momento a solas.
Me limpié las lágrimas y me dirigí al baño de mujeres, al llegar me observé en el espejo, ya se notaban mis ojos hinchados al igual que mis labios.
debí decirle. debi decirle. debí decirle.
Me repetía lo mismo sin parar, hasta que me decidí.
Le confesare lo que siento antes de que se largue de aquí.
Lavé mi cara con un poco de agua fría y aproveché de beber un poco del agua.
Saqué un poco de papel higiénico para secar mi cara y lo boté al basurero.
Luego de unos minutos, caminé hacia el salón, ya estaba un poco más tranquila y mis ojos no se notaban tan hinchados.
Abri la puerta cabizbaja y rodee el salón hasta llegar a mi asiento.
— ¿Estas mejor? —pregunta el chico que extrañaré.
Solo asentí ya que las palabras no lograban salir de mi boca.
Al terminar la clase me quedé un momento sentada, tratando de pensar como le diría a Chris.
— Chris Burke, te vienen a recoger.
¿Qué?
Ahí fue cuando los latidos de mi corazón se detuvieron.
¡¿Chris se iría antes de que terminarán las clases?!
Lo miré confundida, él me dio una mirada culpable.
— Lo siento —murmuró para que solo yo escuchara.
No. Esto no puede ser posible, me dije a mi misma.
Chris recogió sus cosas y comenzó a caminar hacia la puerta.
Por un momento se me hizo extraño que solo se fuera y que nadie se despidiera de él, pero luego recordé que él quería mantenerlo en secreto.
Estuve unos segundos debatiendo conmigo misma sobre si debería ir o no a buscarlo, a decirle todo lo que tengo guardado.
Decidida me levanté de la silla y corrí hacia la puerta.
Salí al pasillo y por suerte lo vi al otro extremo del pasillo a punto de bajar por las escaleras.
— ¡Chris espera!
Chris giró su cabeza hacia donde yo me encontraba.
— ¿Jenny?
Corrí y corrí hasta alcanzarlo y abrazarlo.
— Te amo, te amo, estoy enamorada de ti, siempre lo he estado y no quiero que te vayas por favor quedate Chris, quedate por mi.
— No sabes cuanto me alegra escuchar eso —lo siento sonreir en mi cuello mientras seguíamos abrazados.
— ¿Eso significa que no te irás?
— Claro que no me iré, gracias a ti me quedaré y podremos estar juntos como debimos estarlo desde un principio, ¿suena bien? —se aleja un poco de mi y me sostiene la cara con sus manos.
— Suena perfecto —sonreí tanto que me dolía la cara, pero no me importaba.
Nos abrazamos una vez más y después de dos años de esta extraña relación, nos besamos.
Fue un beso apasionado, suave y delicado.
Ambos estábamos desesperados porque lo habíamos esperado hace mucho tiempo, pero nuestro primer beso tenía que ser perfecto, tanto como él.
Chris me agarró de la cintura con una mano y con la otra agarró mi cuello, inclinó su cabeza a un lado para profundizar el beso.
Sin dudas este es el mejor beso que he tenido en toda mi vida, y no lo cambiaria por nada.
Y ahí fue cuando me di cuenta. Cuando la sonrisa se me borró en un segundo. Cuando lo único que sentía era tristeza y decepción.
Porque todo eso fue producto de mi imaginación y no fui lo bastante segura para ir hacia él y decirle que lo amaba con toda mi vida.
Así que Chris Burke, si estas leyendo esto, te amo y te extraño todos los días, nunca te olvidaré, mi chico perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Secret Diary
Randomcada capitulo una nueva historia, diferentes personajes, diferentes temáticas. ¿alguna vez te ha pasado algo similar a estas historias? ahora lo descubrirás