El encanto de un lobo

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Carpeta: Proyectos Karmaland

(Segunda parte, continuación de ~Ego~)

Portada:

Capítulo: 1 - 2- 3 - 4 - 5

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Capítulo: 1 - 2- 3 - 4 - 5

~1~

La noche cubría Karmaland con su peligrosa oscuridad, sus monstruos paseando por doquier y sus estrellas brillando en el cielo.

Y Vegetta estaba inquieto.

Desde que despertó en el hospital, después de casi perder su alma por culpa de un demonio, no hubo una sola noche en la que pudiera dormir correctamente, y no hubo un solo día en el que pudiese sentirse tranquilo. Sus amigos lo habían notado, y Auron, intentando hacer que fuese al psicólogo, le dijo que a lo mejor se debía por algún trauma, resultado de estar bajo el control del demonio.

Pero aquello era mentira y lo sabía.

Se sentía ansioso por que estaba incompleto, por qué el poder de Isiksiz (Poder que, por cierto, ahora le pertenecía) no estaba con él, sino que oculto en algún lugar de Karmaland, encerrado en un bastón.

Suspiró y miró al lobo que se encontraba sentado a su lado. Era un lobo gigante, de grandes garras y colmillos y un reluciente pelaje plateado y, según la descripción e historia de sus amigos, era el lobo que lo había atacado la noche en la que por poco pierde su alma.

Si... era un buen lobo.

Decidió llamarlo "Lobo Plateado", nada creativo precisamente, pero eficiente y realista, con eso bastaba.

Lobo Plateado había sido quien le había otorgado el espíritu de Lobo que ahora reposaba en su interior, una fuerza salvaje y peligrosa, pero nocturna y cautelosa. Eran casi uno solo, aquel lobo y él, estaban unidos, por siempre, y ya que todavía no lograba comprender cómo era eso verdaderamente posible, lo atribuía al espíritu dragón que vivía dentro de él también.

Y por supuesto, todo aquello era secreto, un secreto el cual, hasta donde llegaba su conocimiento, solo sabía él mismo.

Lobo Plateado lo miraba insistentemente -¿Qué pasa? ¿Quieres que vaya por toda Karmaland en mitad de la noche a por un bastón que no sé dónde diablos está?- Lobo Plateado movió su cola, Vegetta lo tomó como una afirmación -¿Es en serio?- Volvió a mover la cola -Ugh, está bien... ¿No compré la semana pasada un traje de ninja en la tienda?-

Un niño corre velozmente por entre los árboles de un bosque oscuro, tropezando y raspándose, pero sin detenerse nunca.

Había despertado hace poco, y por instinto había salido corriendo, buscando a su madre. Pero no estaba por ningún lado, este ni siquiera era su mundo, podía sentirlo... ¿Dónde estaba él? ¿Qué era ese lugar? ¿Dónde estaba su madre? No importaba ahora, no podía detenerse, no podía dejar de correr...

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