Recordando al héroe

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¡¡ALERTA DE SPOILER!!

El siguiente archivo contiene spoilers de la saga de Percy Jackson, Los Héroes del Olimpo

Carpeta: Proyectos PJ

Portada:

Prólogo:

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Prólogo:

Hubo una batalla más, una pelea contra el mismo abismo, y para ganar, se tuvo que sacrificar el héroe más grande de todos los tiempos.

Nadie se acuerda de Percy Jackson, nadie le conoce, y por eso, hoy leerán su historia.

Capítulos: 3

1- Es simple desear estar en paz cuando debes pasar tu vida luchando, y eso Percy Jackson lo sabía perfectamente, porque incluso allí, en medio de la batalla contra Tártaro, incluso cuando todos sus amigos habían dejado de pelear porque ya no les quedaban fuerza, el deseaba simplemente ser un mortal común y corriente.

Más sus amigos corrían peligro, rodeados de monstruos, con el mismo Tártaro en persona, los dioses estaban acabados, los mortales, los semidioses, las ninfas y los sátiros, todos ellos morirían, y Percy no podía evitarlo. Tenía miedo ¿Y cómo no? La primera vez que él había visto al Tártaro en persona su espada había caído.

Pero sus amigos... sus amigos estaban en riesgo, su familia estaba en peligro. Annabeth, Clarisse, Grover, Jason, Tyson, Reyna, Nico, Leo, Piper... Percy debía encontrar una manera de salvarlos ¿Pero cómo?

Y así se le ocurrió una idea, así comenzó todo...

Hace muchos años, en el olimpo, Atenea le había dicho que su defecto fatídico era la lealtad personal, y que si no aprendía a controlarlo, le llevaría a la ruina.

~Claro~ pensó Percy ~Me llevará a la ruina, a mí, no a los demás~.

-¡¡Hey Tártaro!! ¡¡Te propongo un trato!! - Y la lucha se detuvo, los dioses, los semidioses y todas las criaturas que habían, monstruos y deidades, se le quedaron mirando.

-¿Conque un trato eh? Ja ¿Qué puedes ofrecerme a mí, Perseo Jackson?- Se rió el Tártaro, Percy hizo una mueca ante la mención de su nombre real, pero dio un paso adelante.

~Es por tus amigos~ pensó ~Mientras ellos estén bien, todo da igual~ dio otro paso, y otro más, poco a poco, quedando frente a él.

-Mi vida, te doy mi vida, puedes hacer conmigo lo que quieras, pero a ellos déjalos, a todos ellos déjalos- Todos le observaron sorprendidos

-¿Tu vida?- Tártaro se mantuvo en silencio durante unos segundos, saboreando la idea -Bien, lo acepto- Percy observo a los semidioses en el suelo, dispuestos a levantarse y alegar, dispuestos a dar la vida por él.

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