Príncipe Durmiente

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El turno apenas iniciaba, Lucy tenía hoy su revisión de brazo; era el día perfecto (con el extra de ver a Johnny). El cuarto de la jovencita era por mucho uno de los mejores, su tío, el señor Steel se había encargado de dejarle el lugar lo más cómodo posible, a veces las ganas de ser ella invadían fuertemente su cuerpo.

Atando su cabello en una cola de caballo, Gyro abrió la puerta con cuidado para no despertar a Lucy en caso que estuviera durmiendo. El caso era opuesto, la niña rubia lo recibió con una sonrisa gigante en su rostro.

ㅡ ¡Príncipe Gyro!ㅡ Lucy lo llamó para que fuera a abrazarla, era una niña de 6 años después de todo.

ㅡ Hola pequeñaㅡ Gyro correspondió el abrazo de su paciente más jóvenㅡ ¿Cómo haz estado?

ㅡ No tengo dolores, mami dijo que sí me recupero antes de navidad, iremos a Disneyㅡ era cierto, ya se acercaba diciembre, con ello el sentimiento de abandono el fechas familiares.

ㅡ Yo te diré eso, ya sabes que uso mis poderes mágicos para cuidarteㅡ Lucy asintió emocionada, Gyro examinó su brazo, el yeso no presentaba ningún signo de una posible contaminación, hablaría con el doctor Abbachio sobre cuando podrían retirarlo, que lo más probable eran unos días.

ㅡ ¿Estoy bien?ㅡ La preocupada voz de Lucy le causó ternura, sí quisiera tener hijos, ella sería justo el tipo de hija que le gustaría criar. Su físico le recordaba un poco a Johnny, pero esa era otra de las razones por las que la pequeña le causaba tanta ternura.

ㅡ Perfecta, te dije que soy el mejor príncipe sanador del mundoㅡ Lucy se rió, normalmente se retiraría, le desearía buenas noches y con Johnny; pero este no era el caso.

ㅡ ¿Puedes leer tu historia?ㅡ Gyro se sentó junto a la niña, Lucy solía pedirle cada vez que la visitaba leer el cuento de la princesa encantada.

ㅡ Con mucho gusto, princesa... Había una vezㅡ comenzó a relatar, el libro venía ilustrado, de ahí salió la idea que Gyro era un príncipe, porque el sujeto de la portada era rubio y usaba una coleta larga.

La historia trataba sobre una princesa encerrada en un castillo, ella tenía la llave pata salir pero tenía miedo del exterior, de que la pudieran lastimar.
El príncipe de este cuento se había enamorado perdidamente de la princesa pero no podía casarse con ella sí la princesa no quería salir; por eso, le llevaba cosas hermosas del mundo exterior, flores, estrellas, dulces, etcétera, hasta conseguir que la princesa bajara de aquella torre construida con miedo.

ㅡ Entonces la princesa le regaló al príncipe un tesoro que solo ella podía tener, un besoㅡ finalizó mostrando el dibujo de la boda, Lucy suspiró cansada.

ㅡ Yo también ví a la princesaㅡ la niña hablaba con voz cansada frotando sus ojos azules, Gyro acostó a la niña para dormir.

ㅡ ¿Ah sí?ㅡ Preguntó genuinamente curioso, ¿Quién poseía tal belleza para qué Lucy le concediera el privilegio de ser su princesa?

ㅡ Si... Usaba silla de ruedas pero... Parecía niñoㅡ Gyro empezó a sospechar que la "princesa" era su príncipe de cuentos de hadas, Johnny.

ㅡ A veces las princesas pueden ser príncipesㅡ Lucy asintió de acuerdoㅡ descansa princesita, te quiero.

ㅡ Yo también te quiero, príncipe Gyroㅡ la niña durmió profundamente, el chico guardó aquel libro de tapa dorada en el escritorio.

Pensó que ella nota donde Johnny contó de una chica sacándole la lengua, pudo ser Lucy; siempre que la niña podía le recalcaba que él solo tenía permiso para casarse con la princesa o con ella. Entre risas, Gyro caminó al pasillo directo a la habitación de Johnny. La anestesia ya había dejado de ser aplicada de forma oficial, el dolor nocturno era prácticamente inexistente. Aún así, mañana era su segunda salida de manera oficial, quería que Johnny estuviera lo más descansado posible.

El chico dormía de formas muy diferentes cuando no tenía anestesia, sus piernas estaban enroscadas de forma que no afectaba la sanación pero tampoco era una postura normal, ese chico podía ser diferente a todos hasta en la forma de dormir. Entre sus manos tenía uno de los mangas que le había regalado, lo presionaba contra su pecho con recelo, cuidando en sueños que nadie le robara algo que Gyro le regaló.

Gyro retiró el manga con mucho cuidado, lo menos que quería era que el librito se dañara. Se sentó en aquel banquito que tantas noches lo había acompañado en sus lecturas.

"-Johnny, el enamorado".
¿Johnny estaba enamorado de alguien? ¿De quién?

El cuaderno verde prácticamente se cayó de sus manos, el ruido en seco no despertó a Johnny, los pequeños ronquidos del chico lo confirmaban. Gyro mantuvo la mirada en el piso marmolado durante un largo rato, por su mente pasaron candidatas a tomar el corazón de Johnny, su ex novia tal vez, Hot Pants en un crush muy loco, alguna enfermera, una residente, una paciente, alguien de internet, tantas personas que lo superaban por mucho el la cuestión de ser mujer.

Gyro estaba enamorado de Johnny, lo supo desde el momento en que el chico dijo su nombre, la forma en que aquellos labios rosados se esbozaban en una sonrisa cuando lo veía, sus risas tontas, los cumplidos, todo aquello lo tenía hechizado tanto el cuerpo como en alma, su corazón ardía de pasión por aquel hombre apenas unos años menor.

Quería llorar, pero no tenía el derecho, siempre supo que Johnny era alguien interesado en las mujeres, santa mierda, por poco e iba a ser padre, claro que le gustaban las mujeres. Sus ojos picaban por los sentimientos de decepción en él, por más que podría intentar, el amor no se podía obligar.

Sabía que sí algún día sus sentimientos salían de su boca sería un error, no podía obligar a Johnny a quererlo pero de igual forma, Johnny no podía obligarlo a abandonar sus sentimientos, el insufrible ardor de sus manos por sostener las otras, las mariposas en su estómago revoloteando, e incluso aquellas fantasías dónde era correspondido, no podía ser obligado a destruir su corazón una vez más.

Seguramente le pasaría lo mismo que con Joseph, lloraría semanas enteras, se cuestionaría las razones para no ser suficiente para el otro, quedaría devastado pero como mínimo, conservaría un rastro de dignidad al no rogarle.

Recogió el cuaderno del piso, había quedado abierto el aquella anotación que tanto le había lastimado sin saberlo. Releyó las palabras de Johnny por simples ganas de querer destruir un poco más su alma o ahogar aquellas mariposas.

Me gustaría tener una pareja de verdad, enamorarme profundamente de alguien hasta sentir como el oxígeno escapa de mis pulmones cada que lo veo; tal vez ya estoy enamorado, ¿Tú estás enamorado también?

Johnny debió tener un error ortográfico, como sea, volvió a leer, volvió a leer una y otra vez; definitivamente el chico se había equivocado o eso quería pensar porque las mariposas el lugar de ahogarse, se hicieron aún más fuertes.
Cada que lo veo, cada que lo veo, se repitió. Johnny había escrito a su enamoramiento como masculino, eso o se le había olvidado completar la letra a.

Un hombre había enamorado a Johnny, las reacciones de Gyro pasaron a sonrisas, a confusión por no conocer la identidad del otro, luego a preocupación por no poder competir por un lugar en el corazón de Johnny, y se decidió por la euforia del momento. Escribió una nota rápida, no lo pensó mucho.

Si un hombre había podido colarse el el alma de aquel hombre, él también podía, mañana haría lo posible por demostrarle a Johnny que él era digno de sus afectos, al demonio ser amigos, desde que se habían comenzado a escribir nunca fueron amigos, siempre tuvieron una conexión más fuerte.

Gyro hizo su revisión prácticamente lo más silencioso posible, tenía tanto en mente y estaba emocionado. Johnny todavía dormía en aquel mundo perfecto de ilusiones, el chico tuvo una que otra reacción a sus roses con la piel. Pasó su mano a su frente para revisar que no tuviera temperatura, las mejillas de Johnny estaban coloradas y soltaba una que otra risa entre sueños.

ㅡ Gyro...ㅡ Johnny susurró con una sonrisa, estaba dormido pero en sus sueños lo buscabaㅡ Gyro ven acá.

Haciendo caso de lo que el bello durmiente decía, se acercó a su rostro, su tono de voz era bajo pero los pequeños murmullos le daban a entender que era un buen sueño y él formaba parte del mismo.

ㅡ Descansa, Johnny-buㅡ levantó el gorro de lana y plantó un beso en la frente del otro; Johnny suspiró complacido.


Doctor • GyJoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora