Capítulo 2

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La ciudad se veía desolada hoy, más de lo normal. Nadie soporta el frió de las mañanas por lo que todos utilizan vehículos, pero esta vez habia pocos autos, por no decir ninguno siquiera.

Llegue a mi salón y las luces se encontraban apagadas, no había nadie, ni una mísera alma de encontraba allí. Supuse que habia llegado más temprano y me senté en mi asiento y prendí mi celular.

Pasó el rato y vi una silueta familiar entrar, era Santino. Se sentó alado mío y se quedó mirando hacia al frente, no hizo ningún movimiento, apenas pestañeaba.

Se levantó de su asiento y se detuvo enfrente mío.

Se arrodilló hasta quedar a mi altura, su vista se fijó en mi y miraba con detenimiento mis ojos cafés.

Su mano paso por el costado de mi mandíbula, acariciando suavemente mi piel. Yo solo sentía un fuerte ardor en mis mejillas, seguramente las tenía increíblemente rojas.

Su rostro se comenzó a acercar a mi, el observaba mis labios y yo solo le quedé tieso en mi silla.

Sentí un fuerte golpe en mi brazo, un dolor se esparció por todo mi cuerpo y mi vista se nublo; todo se volvió oscuro.

Despierto.

—¡Tobías despierta que se hace tarde!—replico mi madre.

—Ya voy, ya voy—me levanté con pesadez, ¿Todo fue un sueño?

[...]

Mi lugar era el clásico del vago que se sienta en la esquina del fondo, la mayor parte de la clase me la paso hablando con Santino y se podría decir que somos amigos. No hablo mucho con los demás chicos, ya ninguno me resulta más interesante que Santi; aunque el parezca un chico ordinario en esta ciudad para mi era increíblemente especial, más de lo que quisiese.

El profesor nos había dicho que teníamos que formar grupos de dos para el trabajo asignado, y casi sin pensarlo tomé a Santi cómo mi compañero, tampoco es como si tuviera a alguien más en este salón.

La tarea era sencilla, responder unas cuantas preguntas sobre nosotros para conocernos mejor.

—Primera pregunta, ¿Que haces cuando te aburres?—pregunté.

—Suelo viciar con la pc.—Igual a mi.—Uso mi celular o salgo con amigos.—¿Que será de sus amigos ahora que se cambió de escuela?

—Segunda pregunta.—Esta vez la pregunta la hizo el.— Si pudieses tener el objeto, animal, etc, que quisieras ¿Que elegirias?

Me quedé en mi lugar mirándolo directo a los ojos, pero mi cabeza divagaba en busca de una respuesta.

Nunca me había puesto a pensar en lo que verdaderamente quiero o me gusta, jugar a los juegos solo me distrae de mí mismo y de mi alrededor. Quiero ser sincero con él, pero no es como si se me estuviese ocurriendo algo.

—Creo que...una mascota.—Dudé.

—¿No tienes mascota?

—Lamentablemente no. No me consideran responsable como para tener una.— Santino desvió la mirada con decepción, era comprensible.

El timbre sonó, como la mayoría no terminó de responder las preguntas dejaron el trabajo como tarea para casa. 



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