THE SKZ FAMILY

✨ESPECIAL ABUELOS✨

Felix y Jeongin

1975

Jeongin acaba de llegar a su primer clase, justo antes de que llegara la profesora. Se fue a su lugar y saco su libreta pero su atención está a través de la ventana en nada en específico. Estaba muy distraída que no se dió cuenta que alguien estaba a su lado.

-Hola, ¿me puedo sentar aquí?- fue entonces que volteo encontrando a un joven rubio pecoso.

-Si, claro- el rubio se sentó justo a su lado.

-Soy Felix- le dijo sonriendo.

-Jeongin- le sonrió devuelta -¿No eres de aquí, verdad? Tienes un acento diferente-

-No, vengo de Australia- sonrió tímido.

Apartir de ese momento se hicieron amigos, por que procuraban pasar tiempo juntos lo que logro que ambos se volvieran cada vez más cercanos.

-Lixie~ tengo hambre- dijo haciéndole un puchero al pecoso.

-Bien, ¿Que quieres comer, Innie?- le sonrió.

•••

Ya había pasado tiempo desde que se conocieron. Jeongin llevaba notando desde hace unas semanas a Felix muy raro.

Un sábado decidió ir a su casa, para hablar con él. Le preocupa mucho su amigo, y si estaba pasando por un mal momento, ella quería estar para él.

Al llegar a la casa del pecoso tocó el timbre, pasaron solo unos segundos cuando abrió la puerta un joven pecoso sin camiseta. Jeongin se sonrojo y agachó la cabeza para evitar verlo. Mentiría si dijera que no le gustó la gran vista que le dió su amigo.

Felix la dejo pasar, ella aún con su rostro de un carmesí entro a la casa. Fueron a la habitación del pecoso, se puso una camiseta y se sentaron en la cama.

-Lixie... Mmm... Vine hablar contigo-

-Si, dime ¿Paso algo?-

-Últimamente te he notado muy raro, y quería saber si te pasa algo-

-¿Qué? Yo estoy bien, no me pasa nada ¿Por qué lo piensas?- dijo de manera nerviosa.

Jeongin se acercó al pecoso, mirándolo fijamente -No lo creo, algo te pasa- ella se fue acercando cada vez más estando a una distancia de menos de un metro.

-Que no me pasa nada, entiende Innie- el joven se estaba irritando. No habia tenido un buen día, aparte de que no queria hablar.

-Dime la verdad, Felix- se acercó un poco más.

-No tengo nada que decir- arrugó el entrecejo.

-¡Claro que si!-

-¡Que no!-