Fue una mala idea, simplemente la peor decisión de toda mi vida, no debía quedarme hasta esas horas de la noche....
Solía trabajar como bibliotecaria, amaba los libros y el aroma que emanaban me producía una gran calma en mi interior, la noche en que todo esto comenzó era fría y sin luna. Como todos los sábados, solía quedarme unas cuantas horas extra para leer y terminar de organizar los libros entregados o desordenados por los visitantes, algo en mi me decía que está noche debía evitar la rutina, fui tan tonta al ignorar este sentimiento.
Al salir, el frío viento de otoño calaba mis huesos, mi abrigo y bufanda no parecían ser lo suficientemente confortantes para hacerme olvidar la época, mi celular marcaba la media noche, normalmente terminaba antes de las 11, pero un grupo de chicos durante la tarde crearon un gran caos en la sección de ciencia ficción. Para mi mala suerte, el autobús dejaba de circular a las 11:45, tendría que caminar hasta mi departamento que se encontraba a unas 9 cuadras de la biblioteca, "al menos caminando podré entrar en calor, aunque preferiría la calidez de un autobús" pensé. Decidida, emprendí rumbo a mi hogar, en donde me esperaba mi cama y una tranquila noche de descanso.
Mientras caminaba una extraña sensación inundaba mi cuerpo, me sentía nerviosa y perseguida, en más de una ocasión me detenía para observar inquieta en todas las direcciones posibles, al no observar nada me tranquilizaba un poco, pero a la vez se me hacía extraño, sonidos, sombras, luz, nada de eso se hacía presente.
Una fuerte brisa agitó mi falda y mi bufanda, la cual emprendió un repentino vuelo en dirección contraria a mi camino. Sin pensarlo dos veces decido perseguirla, no podía perderla, era un recuerdo de mi familia. Mientras corría pude divisar una silueta negra a unos cuantos metros de distancia, era un hombre, él había atrapado mi bufanda y ahora la tenia entre sus manos mientras la observaba con atención. Me acerqué lo más rápido posible.
-¡Hola!-dije cuando ya estaba por detenerme a su lado-muchas gracias por atraparla, no tienes idea de lo importante que es para mi-solo me limité a dedicarle una sonrisa mientras trataba de calmar mi respiración por el mini maratón que había realizado.
Me sobresalté un poco al sentir como aquel hombre envolvía mi cuello sin decir palabra alguna, al observar su rostro pude sentir como mis mejillas comenzaban a arder, su piel era tan blanca y perfecta, su cabello oscuro, largo y desordenado lo hacían lucir encantador junto a aquellos ojos que tenían un brillo bastante peculiar, debía admitir que era bastante guapo y mucho más alto que yo.
-E..esto....muchas...muchas gracias-sujeté mi bufanda con una sola mano mientras desviaba mi mirada hacia la izquierda para evitar verlo.
-Descuida-su voz era un tanto gruesa pero muy suave a la vez, era agradable-no tengo ningún problema a la hora de ayudar a una dama como usted-nuevamente vuelve a tomarme desprevenida al acomodar un mechón de mi cabello tras mi oreja para luego acariciar mi mejilla derecha.
Me reprendo mentalmente al darme cuenta de la situación ¿Porqué le estoy dando tanta confianza a un desconocido? Con cuidado sujeto su mano para alejarla de mi rostro, no puedo creer que le haya permitido hacer eso.
-Lo lamento señor, pero no le eh dado mi consentimiento para hacer esto, con su permiso me retiro-le doy la espalda mientras emprendo mi marcha nuevamente-de nuevo, le doy las gracias, adiós.
Nuevamente solo escuchaba mis pasos sobre la acera, el camino comenzaba a rodearse de vegetación, ya estaba por llegar a mi hogar, solo necesitaba caminar unas 3 calles mas y listo, a repetir la rutina de cada noche antes de dormir plácidamente. Estos pensamientos fueron arrebatados al sentir como un brazo rodeaba mi cintura a la par que una mano comenzaba a retirar mi bufanda dejando descubierto mi cuello, me encontraba contra un cuerpo frío que me sujetaba con demasiada fuerza.
-¡S-suéltame!-forcejeaba sin resultado alguno, mi atacante era mucho mas fuerte que yo-¡Eh dicho que me sueltes!-me paralizé al sentir como empezaba a lamer mi cuello mientras jadeaba sobre el y aspiraba mi aroma.
-Realmente tu aroma es muy dulce mi bella dama-esa voz, era de aquel hombre de hace unos minutos-ahora me pregunto cómo será tu sabor.
Empecé a llorar mientras jadeaba y forcejeaba, ese maldito iba a violarme de eso estaba segura, seguía lamiendo mi cuello mientras soltaba una pequeña risa al ver mi desesperación. Un agudo dolor descartó la idea de la violación, sentí como mi cuello era perforado por algo, el miedo y la angustia mezclada con desesperación era lo único que sentía junto al leve sonido de succión.
-Por...favor....suéltame-eso fue lo ultimo que le dije al notar como mi mirada se empezaba a poner borrosa, mi cuerpo se debilitaba, en cualquier momento presentía que iba a desvanecerme, solo bastarón unos cuantos segundos para que mi visión se oscureciera...no veía ni sentía nada.
"Debo estar muerta" que equivocada estaba, aún así hubiera preferido la muerte antes que este destino que me esperaba.
Mareada y confundida, me encontraba en los brazos de alguien, mis ojos no tardaron en acostumbrarse a la poca luz del lugar, pude encontrarme con el rostro de aquel hombre que había atrapado mi bufanda, pero algo era muy diferente, sus ojos brillaban con un intenso color rojo y sus labios, de aquellos labio brotaban uno que otro hilo carmesí, deduje que eso podría ser mi sangre ¿Qué era él? Pero la pregunta más importante era otra, ¿Qué es lo que me acaba de hacer?
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¡Hola! Me siento irresponsable al empezar una historia nueva sin haber continuados la anterior ._. bueno.....será owo.
Espero que les guste, por que nunca antes había escrito algo así en primera persona...podría decir que me es un tantito complicado.
Sin mas que decir disfruten, comenten que les pareció y si me equivoqué en algo, voten si es de su agrado y cuidado con las calles si es muy tarde(?).
¡¡¡Apapachos para tod@s!!! Mel fuera.
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Vampire Sorrow
VampireEl destino es algo realmente curioso, yo pensaba que mi vida iba a continuar con la misma rutina llena de calma que llevaba hace unos pocos años, pero no debí haberme confiado. Él llegó dispuesto a arrebatarme todo en tan solo segundos, ya no soy lo...