Su prisionera

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Mareada y confundida, me encontraba en los brazos de alguien, mis ojos no tardaron en acostumbrarse a la poca luz del lugar, pude encontrarme con el rostro de aquel hombre que había atrapado mi bufanda, pero algo era muy diferente, sus ojos brillaban con un intenso color rojo y sus labios, de aquellos labios brotaban uno que otro hilo carmesí, no sentía mi cuerpo, solo me quedaba resignarme a ser cargada por él a quien sabe dónde.

Al parecer no había notado que me encontraba despierta, él solo observaba el camino por el cual íbamos, aún con dolor de cabeza y este insoportable mareo dirigí mi mirada en todas direcciones ¿Dónde estoy? No reconozco nada de aquí, solo árboles y más árboles, no veo casas, caminos "normales".....ni siquiera animales, ¿Qué especie de lugar es este?

-Deberías calmarte - escuchar su voz produjo un escalofrío por toda mi espalda - aún sigues algo débil después de transformarte.

No lograba comprender del todo sus palabras, al tratar de hablarle solo se detuvo y puso uno de sus dedos sobre mis labios en señal de que guardara silencio, solo pude asentir nerviosa debido a la poca distancia que él había impuesto entre nuestros rostros.

-Eres una chica realmente bella y calmada-mis ojos se encontraban clavados en los suyos, cada palabra que salía de sus labios deleitaba mis oídos. Aun no logro comprender el porque sigo dejándome llevar por él, y por todas las sensación que su tacto, mirada y voz producen.

Él solo sonreía, yo aun continuaba entre sus brazos, siendo cargada como las doncellas o princesas de los libros en las secciones de ficción o cuentos de hadas, sus ojos ya no poseían aquel color carmesí brillante que logré observar al despertar, ahora eran de un bello color miel; logré saber eso, debido a que él se había detenido frente a unas rejas negras, a cada costado podía ver algo parecido a faroles pequeños, aparentaban estar enterrados en la piedras de las columnas que sostenían la reja de entrada.

-Puedo ver un ligero brillo en tus ojos ¿Te agrada la entrada de tu nuevo hogar?-me encontraba aún más confudida que antes ¿Nuevo hogar? ¿A qué se refiere? ¿Qué quiere decir eso? - ¿Nerviosa y confundida?- volvió a preguntar con una sonrisa burlona, no tenía ganas de confrontarlo, al menos no ahora con lo cansada que me encuentro, solo asentí, causando en él una leve risa que estremeció mi pecho.

Me alteró el hecho de que las rejas comenzaron a abrirse de par en par sin que nadie las empujará ¿Será algún mecanismo automático? Debería ser así, después de todo estamos en el siglo 21 ¿No?

-Sigo preguntándome cuándo empezaras a tener hambre-dijo en un susurro lo bastante alto como para que lo oyera.

-Dudo tener hambre - respondí, mi voz sonaba un tanto rasposa y débil - después de lo que sucedido...

-No me parece natural tu falta de apetito, por ahora asegúrate de descansar-no me atrevía a volver a mirar su rostro, solo cerré mis ojos y me dejé llevar entre sus brazos dentro de aquel extraño lugar, es curioso, normalmente hubiera peleado con uñas y dientes con tal de que un desconocido ni siquiera me tocara, pero ahora, me dejo llevar a un lugar completamente extraño y desconocido sin decir ni "pio". Lo único que me reconforta es la calidez de este lugar, en parte me recuerda cuando aún vivía con mi familia ¿Cómo estarán? ¿Cuánto tiempo tardarán en saber que desaparecí? Espero no preocuparlos demasiado...

-Por cierto ¿Cómo te llamas?-este era un intento de romper el silencio, aún no tenía ganas de abrir los ojos, pero el misterio del silencio me inquietaba-no creo que tenga que llamarte "secuestrador mordelon" o algo por el estilo.

-Todo a su tiempo, ya te dije que por el momento debes descansar, luego me preguntas todo lo que quieras-solo me limité a soltar un bufido ¿Quién se cree que es?

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2017 ⏰

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