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Yoongi.

Suspiro con tranquilidad dejándome llevar por la agradable sensación en mi cabeza, Jimin tenía el toque más delicado que jamás creí que un chico podía tener, y mientras pasaba sus dedos por las hebras de mi cabello a su gusto, yo disfrutaba de su acción sin quejarme, esperando a que la hora libre pudiera seguir otra clase más para que Jimin no dejara de acariciarme; él estaba sentado, y yo, boca arriba y con los brazos cruzados, descansaba mi cabeza sobre sus cómodas piernas mientras mantenía los ojos cerrados.

-¿Se siente bien? -su suave voz se cuela por mi ensoñación y sonrío de lado asintiendo varias veces.

-Sí.

-Podría hacerlo todo el día.

-Y yo no pondría objeción alguna.

-Me gustas mucho -susurra, y abro los ojos de golpe encontrándome con su sonrisa y sus ojos poco perceptibles. Me estaba mirando como si fuera algún tipo de ídolo con el que imaginas diversos escenarios en tu cabeza. Aparto la mirada y me levanto.

-¿Qué sucede? -lo miro, su cabeza está ladeada con confusión mientras intento pensar en cómo decirle que debe detenerse.

-No puedes seguir con esto, Jimin -es lo que digo obteniendo una mueca de su parte.

-¿A qué-

-Sabes que no me gustas -lo corto. Jimin era una persona importante para mi y hablarle así no me gustaba, pero sentía que si no lo hacía todo se saldría de control -. Lo sabes desde el principio de año. ¿Por qué te empeñas en lastimarte?

Abulta su labio en un puchero que me hace sentir débil y se acerca más a mí.

-Pero... Me gustas ¿tiene algo de malo decirlo? -curvea sus cejas -. No es como si quisiera que correspondieras mis sentimientos, aunque sería increíble, pero me gusta decirlo -cubre una de mis manos y bajo la mirada a su acción, mi mano se ve enorme comparada con la suya -. Me gusta que lo sepas.

-Jimin... -advierto.

-No me regañes -entonces hace otro puchero -. Sólo, Hyung. Ámame... ¡Por favor~! -junta sus manos a modo de petición y golpeo su frente con mi palma suavemente, sabía que Jimin era delicado.

-Sabes que te amo, tonto.

-Pero no de esa manera -frunce el ceño -. Quiero que me ames como yo a ti. Como novios.

Niego.

-No me gustas de esa manera y no lo volveré a repetir -me alejo un poco antes de volverme a recostar en las cómodas almohadas de carne humana de Jimin -. Ahora sigue acariciandome -le ordeno apuntando mi cabeza con un dedo.

-Tan malo~ -en cuanto sus manos llegan a mi cabello, cierro los ojos y suspiro cruzando los brazos otra vez mientras intento poder recuperar mi sueño. Pasan unos segundos antes de que Jimin se detenga y frunzo el ceño ¿por qué se detenía? Pero antes de que pudiera abrir los ojos, la presión sobre mis labios y la esponjosidad de los suyos, me hizo darme cuenta de que me había besado.

No. Más bien...

¡Me había robado un beso!

Antes de que siquiera pudiera reaccionar, se levanta dejando que mi cabeza choque contra la banca y empieza a correr, es entonces cuando me incorporo sobando mi golpe.

-¿¡A dónde vas!? -frunzo el ceño.

-¡Debo ir al baño! -pero no se gira -¡Lo veo después, Hyung!

Desaparece de mi vista y ruedo los ojos.

Maldito mocoso. No conforme con haberme robado un beso dejó que mi cabeza se estrellara contra la madera. Y encima me abandonaba.

Love Me... ¡Please!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora