¡Hyung! ¿Qué es el sexo? [Yoonmin] [Adaptación]

[Extra III] BDSM: Látigos y esposas para el placer

Ya era fin de semana y Yoongi llegaba de una sex-shop con una caja que por dentro traía vibradores, lencería caliente y, lo más importante para ese día, látigos y esposas junto con unas gargantillas que tenían un cascabel en la parte delantera.

Estaba sonriendo con picardía, y de sólo pensar en su novio llevando esa lencería, le ocasionaba una erección notable por el ajustado pantalón; ya quería enterrar su gran polla en el menor.

Cuando entró a su casa, se encontró con un Jimin cocinando algo que a simple olfato soltaba un delicioso aroma.

Con cuidado sacó de la caja una de las gargantillas con cascabel y se la colocó en el bolsillo. Caminó hacia la ventana, haciéndose notar finalmente por su novio, para luego, después de haber cerrado las cortinas, dirigirse hacia Jimin con pasos lentos, poniéndose en su espalda y agarrándolo de la cintura.

—¿Tienes hambre? —le preguntó con una sonrisa en sus labios.

—Mmm, mucho —susurró en modo de respuesta.

—Ya va a estar, espero que te guste.

Dicho esto, y de imprevisto, Yoongi colocó la gargantilla en el cuello de Jimin, haciendo que éste se sorprenda.

—¿Q-qué es esto? —cuestionó sin entender.

—Oh, no sé, pero lo que sí sé es que tal vez las comida esperará un poco, además de que te traje otras cosas más —dijo.

—¿Puedo verlas?

—Mejor pruébatelas~ —incitó.

Jimin se sacó el delantal mientras miraba a su novio con el ceño fruncido.

—¿Dónde está? —preguntó curioso.

—En esa caja.

Yoongi apagó el quemador de la cocina y se dirigió a la habitación en donde estaba Jimin.

Abrió la puerta silenciosamente y vio a su pequeño con una de las lencerías calientes que le había comprado.

Entró asustando al menor y se sentó en la orilla de la cama tratando de contener sus ganas de querer follárselo.

—Pruébate todas —le dijo.

Jimin asintió, y posando un poco con la lencería, se fue a traer otra para ponérsela delante de su novio; esta vez se colocó una braga con cola de gato, medias negras no tan larga y, para cubrir la desnudez de su pecho, se puso una cangurera color negro, para después buscar entre la caja más gargantilla, encontrando una con forma de corazón, decidiendo ponérsela.

—¿Así estás bien? —dijo mientras se sentaba sobre sus piernas, casi haciendo una doble u, y poniendo sus manos entre sus muslos, sacando un poco su trasero de forma provocativa.

—Así me gusta —admitió, mordiendo su labio inferior—. Quiero que andes así por la casa —ordenó.

—¿Y-y si llega alguien? —tartamudeó.