Rojo (J Balvin)

Capitulo 7

- ¿Lista para tu primer día de escuela?- termine de Vestir a Roma.

- ¡No!- hizo una mueca.

- Amor, tienes que ir a la escuela- acaricié su mejilla.

- No es algo muy primordial en mi vida- reí.

- Tu tío Benito no fue a la escuela y es tonto ¿tú también quieres ser tonta?- negó- Eso pensé- tome su mano y salimos de la habitación.

- Miami ¿Puedo tener un perrito?- la miré.

- No lo sé, si te portas bien en la escuela lo pensaré- suspiró.

- ¿Y si alguien quiere tratarme mal?- alce los hombros.

- Tu les vas a demostrar que eres la niña más asombrosa del mundo- acaricié su cabello.

- Yo no soy asombrosa, solo tengo papás asombrosos- sonreí.

- Tu eres lo que nos hace asombrosos- me agache a su altura.

- Te amo- me abrazo.

- Yo también- bese su frente.

- ¿Lista pa' la escuela?- Benito salió de la cocina.

- No, pero lo intentaré- sonrío a medias.

- Vas a lograrlo pulga- revolvió su cabello.

- Lo sé, estoy destinada a triunfar en la vida- reí.

- Vaya a despedirse de tía Briela triunfadora- asintió y corrió hacia la oficina de Benito.

- Se que estás muy nerviosa- suspiré.

- Nunca pensé que este día llegaría tan rápido- hice una mueca- es mi bebé.

- Papi decía lo mismo de nosotros- reí- ella estará bien, tiene tu carácter y el carisma de pirobo de su papá- lo miré.

- Me aterra que es igual de noble que tú- me recargue en su hombro- ve hasta la más mínima gota de bondad en las personas, aunque nadie la tenga- asintió.

- Es una buena niña- sobo mi espalda- estará bien.

- Eso espero- suspiré.

- Jose está afuera esperándolas, no me dijiste que las llevaría.

- Si, quería estar con ella en su primer día- tome mi bolsa- me gusta que esté en sus momentos importantes, siento que ya se perdió muchos.

- Por que él lo quiso así- tomó su café- No te sientas mal por sus errores- fruncí el ceño.

- ¿Cuando dije que me sentía así?- río.

- Boba- se acercó a mi y besó mi cabeza- ve con cuidado- asentí.

- Te amo.

- Y yo a ti.

- ¡Lista!- Roma corrió hacia mi.

- Despídete del tío Conejo- se acercó a mi hermano.

- Adiós conejo- beso su mejilla.

- Cuídate pulga- beso su frente- quítales el almuerzo y el dinero a todos los que te molesten- rodé los ojos.

- Trató- chocaron los cinco.

- Vámonos ya- tomó mi mano y salimos de la casa.

Y era cierto, Jose está afuera recargado en su auto esperando a que saliéramos.

- ¡Papi!- Roma corrió hacia el emocionada.

Jose y yo no habíamos hablado nada referente al tema de los besos, me sentía mal por eso. Lo amaba pero el ahora tenía pareja y teníamos que respetar eso.