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02 de febrero, 1990

Doncaster

Louis observo el pequeño cuaderno de cuero que había dejado sobre su escritorio durante seis minutos sin parpadear.

Sabía a quien le pertenecía. No podía engañarse a si mismo y decirse que lo confundió como algo de su entrenador o algo que alguno de sus compañeros de equipo cercanos habían olvidado y que él solo lo tomo para devolverlo.

Aunque iba a devolverlo de todas formas, claro. Louis no era un ladrón.

Había intentado evitarlo hasta el lunes siguiente. Tal vez dejarlo escondido en su mochila y devolverlo a donde lo había encontrado, o enviar a alguien a que se lo devolviera a su dueño, incluso ser un poco valiente y entregárselo él mismo; pero cuando se sentó a hacer sus tareas ese viernes por la noche acabo sacando dicho cuaderno y lo había dejado allí junto a un montón de libros olvidados

Era rectangular y pequeño, forrado en cuero claro y suave, cerrado solo con una fina tira que se envolvía a su alrededor que era del mismo color y material. No lucia como algo en lo que alguien escribiría ecuaciones de matemáticas o apuntes de ciencias. Lucia como un diario. Su cubierta incluso adornada con estrellas de tinta negra y escrita con unas frases que parecían sacadas de una canción.

Louis conocía esa caligrafía. La última vez que la había visto tan de cerca había sido en segundo año, cuando Harry Styles era solo un niño amigable y sonriente.

Claro que lucia un poco diferente pero podría recordar claramente las letras redondeadas y reconocerlas allí. Y también podía reconocer ese diario luego de haberlo visto en otros lugares. La mayoría de las veces en la mano izquierda de Harry, donde tenia tatuada una pequeña cruz entre su pulgar e índice.

Entonces allí estaba, frente al diario de Harry Styles y aun no entendía como rayos había sucedido. Bien, claro que las duchas habían estado vacías y el diario había estado allí en el suelo mojado, casi escondido de la vista debajo de los casilleros, como una invitación a ser encontrado.

Era claro que no había sido dejado allí a propósito y al pensar en como podría haber llegado a ese lugar lo hizo sentir enfermo.

El diario había estado allí. Punto final.

No importaba como o porque Louis lo tomo.

En ese momento estaba justo frente a él, solo debía estirarse un poco para tomarlo.

Tal vez no seria nada malo echar un vistazo.

abzurdoh, larry stylinson AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora