Empieza con una apuesta. Todos los errores, Wei Wuxian piensa, empiezan con una apuesta.
Empieza con una apuesta y termina con Wei Wuxian perdiendolo todo.
Hace nueve años, Wei Wuxian hizo una apuesta con consecuencias desastrosas. Ahora, es dueño d...
Advertencia de contenido: Este capítulo contiene conversaciones de intento de solicitación de menores y violencia menor.
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Lan Zhan regresó a Yiling al día siguiente, justo como lo prometió. Y al día siguiente. Y el siguiente a ese. Después de una semana, Wen Ning al fin se rindió y reservó la mesa en la esquina para él. Cerca de una semana después de eso, ya casi no necesitaron la reservación escrita en la mesa; los clientes habían dejado de tratar de sentarse ahí. Era algo que ya tenían por hecho que, alrededor de las dos en punto cada día, justo después de el apuro del almuerzo, Lan Zhan llegaría y usaría esa mesa.
Pasó su tiempo intercalando entre hablarle en silencio a Wei Wuxian, mayormente acerca de su trabajo, acerca de su proyecto más reciente – a veces aludando otras personas de el pasado de Wei Wuxian, pero nunca llegando a fondo con ellos. Wei Wuxian lo había ayudado a terminar el trabajo de arte para el nuevo póster, e incluso ayudó añadiendo algunas ideas en cosas del escenario y varias otras cosas en las que Lan Zhan le había pedido su opinión.
Cuando Wei Wuxian estaba ocupado con el café, simplemente trabajaba en algo por sí mismo y, ocasionalmente – bueno, más que solo ocasionalmente – Wei Wuxian echaría un vistazo para encontrar a Lan Zhan viéndolo, una expresión ilegible en su rostro.
En otros días, A-Yuan se sentaba con él. El corazón de Wei Wuxian había dado un vuelco la primera vez que miró en aquella dirección encontrando a Lan Zhan ayudando a A-Yuan con su tarea, y seguía dando un pequeño vuelco cada vez que ocurría. Wei Wuxian no estaba completamente seguro de que alguna vez se acostumbrara a aquella vista.
Cada día, Lan Zhan parecía quedarse un poco más tarde, parecía un poco más renegado a irse – al menos, en aquellos días cuando Wei Wuxian no tenía clases. A veces, Wei Wuxian tenía miedo de que fuera su imaginación sobre-activa viendo algo que no estaba ahí, pero la esperanza floreciendo y creciendo dentro de él se estaba haciendo más y más difícil de matar con cada día que pasaba.
Rezó para que no fuera solo su corazón preparándose a sí mismo para romperse – pero tarde una noche, sentado en su estudio, terminando una de sus piezas de arte en la que ha estado trabajando toda la semana, pensó que su corazón roto valdría la pena si ese era realmente el caso. Echó un vistazo a la imagen y sonrió, sintiendo la calidez expanderse por su cuerpo.
Era una representación artística de Lan Zhan de cómo Wei Wuxian lo ha visto estas dos semanas, sentado en la mesa de la esquina de Yiling – pero en lugar de la laptop que tenía con él usualmente, estaba tocando el qin. Cuando estuviera seco, Wei Wuxian planeaba dárselo a Lan Zhan. No estaba seguro de qué haría Lan Zhan con el, pero había sido hecho con el recurrente proyecto de Lan Zhan en mente – quizá podría mostrarlo en el concierto; quizá podría hacer un poco más de dinero para la caridad que estaba apoyando o algo.
Wei Wuxian dejó salir un suspiro satisfecho, y empezó a recoger la pintura. Era bastante más tarde de su hora de dormir, pero Lan Zhan había estado en su mente y... bueno, quería que esto estuviera terminado lo más pronto posible.
