El Presidente De Clase Vkook

kim Taehyung

Narra Jungkook:

Tengo el mejor amigo de la infancia, alguien que jamás me miro por mi dinero, alguien que me quería sin ningún interés ocultó, su nombre es Kim Taehyung, o al menos hubiera sido un gusto presentarlo de esa forma. Debido a que soy el único heredero del gran imperio Jeon siempre he sido bastante popular; nunca he estado solo, eso no me molesta, pero el problema es que ellos querían algo más, algo que solo yo podía darles, desde dinero hasta poder.

Todavía recuerdo el primer día que conocí a tae, el a vivido más tiempo que yo en el vecindario, cuando las empresas Jeon incrementaron su número de ganancia tuvimos que mudarnos a una zona más exclusiva, recuerdo con tanto detalle mi primera impresión de Taehyung un pequeño niño de cuatro años, cabello claro y ojos chocolate quedé cautivado desde el primer minuto y eso no paro en lo absoluto conforme fuimos creciendo más lo ¿admiraba?

Fuimos a las mismas instituciones desde que tengo memoria, tuve la oportunidad de conocer a aquel chico que sin saber comencé a querer mucho más de lo que podría imaginar, más allá de lo que debería estar permitido, cada gesto, cada acción, su hermosa y peculiar sonrisa cuadrada son detalles que nunca pude olvidar, aún así aquel chico sonriente y lleno de vida se esfumó el día en que sus padres murieron.

No fue la mejor de las noticias y como vecinos y mejores amigos supe todo desde el comienzo, la lamentable perdida de los señores Kim fue la primera gota que dejó el vaso casi repleto pues aunque no fue la mejor noticia tampoco fue la peor, recordar esos ojos llenos de vida siendo invadidos por el miedo y confusión que desbordaba por sus mejillas y parecía no parar, fue una sensación tan jodidamente dolorosa, intenté apoyarlo pero ¿Que podía hacer yo por una persona que no recordaba nada? la perdida de memoria de Taehyung fue una de las secuelas de aquel accidente y aunque fuera frustrante decidí alejarme ¿Por qué? ¿Por qué me alejaría de mi mejor amigo? La única persona que no me miraba con codicia ¿en realidad estaba ahí? La sensación de dolor en mi pecho me impidió pensar las cosas con claridad, quería que no sufriera más; que esos ojos afligidos volvieran a ver la vida con la misma alegría que el destino le arrebato cruelmente.

Todas las noches recuerdo lo mismo, todo hubiera sido tan fácil si no me hubiera alejado, tenía miedo, no de el, de mí en aquél entonces sentía cosas que jamás deberían haber atormentado mi mente y aunque aún no lo comprendo completamente se que esos sentimientos siguen ahí, ocultos, esperando ver la luz para poder salir.

Todo lo que sentí por Tae, quería olvidarlo, me empeñe tanto en eso que en algún punto olvide lo que era importante, cada que lo veía no evitaba sonreír y sentirme mal a la misma vez, era un choque de emociones tan solo verlo, con una mirada tan perdida, creía que las miradas ocasionales se quedarían solo en eso, fue tonto pensar que eso podía seguir así, una vez más el destino nos quería juntar y arreglar las cosas que quedaron sin conclusión, cosas que aunque el no lo recordara podrían volver a brillar.

La noche en que Tae salió al balcón y pude verlo fue bastante vergonzosa, pedirle perdón era algo que quería hacer ya hace un tiempo pero no encontraba la manera, se que aquel perdón no significa mucho para el castaño y no lo culpo para mí era igual de falso y monótono, me hubiera gustado darle mis razones para pedir perdón pero ese no era momento, escuchar su voz grave y profunda me hizo perderme por unos minutos, minutos que fueron arrebatados al escuchar sus palabras, quizá el me odiaba, esa noche no pude decir mucho antes de ser interrumpidos, tampoco es que supiera que decir pero me gustaría poder volver a escucharlo, hablar de el, de mi, de nosotros.

A la mañana siguiente como todos los días asistía a la escuela, era normal ver a personas sin respeto al espacio personal junto a mi, estaba tan acostumbrado a eso que aprendí incluso a mezclarme, ya sabes si no puedes con el enemigo únete a el, cuando llegue al aula mi mirada rápidamente se perdió en el chico que tanto estaba en mi cabeza, pero no estaba solo, un extraño rubio se encontraba junto a el, ambos reían y se miraban tan fijamente.

¿Celos? quizá esa era la mejor palabra para describir lo que sentía en ese momento ¿Por qué estaban tan juntos? ¿Por qué no sé quién es? las preguntas no paraban de hacer estragos en mi cabeza, quería tener respuestas pero por mucho que me pareciera injusto sabía que no tenía derecho a saberlo después de todo fui yo quien se alejó primero, al parecer mi mirada era un poco obvia pues hizo voltear al castaño claro, aquello ojos chocolate se encontraron con los míos en un momento que sería nuestro si no fuera por su ceño fruncido y claro disgusto.

¿Estaba enojado? Apenas ayer le pedí disculpas y parece que no fue suficiente, me trata como si hubiera visto una basura, mi orgullo no era específicamente duro por lo que decidí también estar enojado y ¿Por qué no? inmediatamente sentí otra mirada que me hizo erizar, el rubio de ojos pequeños pero tan profundos, su intensa mirada quería matarme con vida, lo sabía, aunque no sabía la razón, no recordaba haber echo algo mal para merecer esas miradas a primera hora del día.

Dentro de lo que cabe después de ese pésimo inicio todo fue con normalidad ahora sonaba la campana de clausura, a diferencia de todos los días está vez tome aire y me puse en de pie, había decidido por fin hablar con Tae, era ahora o nunca, la valentía que había conseguido salto por la borda a última hora y me dejó solo en el peor momento, aquellos ojos chocolate me miraban con molestia y como no si apesar de bloquearle todos sus intentos de huir tampoco decía nada, cualquier estaría molesto —¿vas a decir algo? o puedes dejar que me vaya— hablo Tae con un tono claramente irritado. Tome el poco aire que aún podía entrar en mis pulmones y decidí abrir la boca —Quiero ir a tu casa— ¿Puede haber eligido palabras mejores? si, definitivamente si pero mi confianza cobarde huyó y desapareció, ahora solo era un tonto que moría de la vergüenza, trague saliva y tome mis cosas, di la vuelta y pude visualizar la puerta antes de caminar rápidamente para no verme aún más estúpido, no esperaría una respuesta después de una propuesta tan poco formal.

—si es por el trabajo puedes venir— Fue la respuesta del castaño claro antes de perderme entre los pasillos, no podía ser tan torpe, hubiera preferido morir antes de decir algo como eso, aunque me alegraba que al menos me hubiera dado su aprobación para hacerle una pequeña visita, aunque claro... solo por trabajo, había escuchado claramente el tono tan demandante con el que Taehyung había hablado también sabía que no era bueno hacerlo enojar, podría terminar muy mal y aunque no lo parezca también quiero hacer un buen trabajo, las malas notas serían un mal trago que no quiero probar.

Al llegar a casa subí a mi habitación y cambié mi ropa antes de echarme en la cama, jamás había dicho algo tan vergonzoso y sobre todo ponerme tan nervioso frente a una persona, seguramente el también lo noto, está claro que sí, estaba seguro de que ahora el castaño se estaba riendo de mí y mis cobardes acciones, pero en un principio Taehyung era el único culpable, hace tanto que no estaba tan cerca de el, sentí como mi rostro se calentaba con la sola idea de haberlo querido abrazar y jamás soltarlo, era aún más vergonzoso que mis palabras torpes, seguramente el de ojos chocolate se burlaría o se sentiría incómodo si hiciera algo parecido.

Pero estaba decidido, después de la comida iría directo a la residencia Kim para ponernos de acuerdo con ese absurdo proyecto, mientras más rápido terminaramos mejor ¿No? en realidad no me gustaba mucho la idea de darle la cara al castaño claro pero era la única opción después de eso juraría no volver a dirigirle la palabra, no quería enfermarlo de esos sentimientos extraño que seguirían creciendo si estaba junto a Tae.

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Hola de nuevo, primero que nada pediré disculpas pues siento que la trama es muy cliché y floja, hice lo mejor que pude y si aún así les gusta realmente agradezco que siguieran leyendo