Segunda parte

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Vamos, sólo toca la puerta. Sólo toca la puerta. Sólo es Hyewon, que una noche de sexo no cambie nada. O por lo menos no mucho. ¿Cuántas posibilidades hay de que Hyewon no me quiera explicar? No muchas. Supongo.

Bien. 

Alcé mi brazo para así tocar la puerta de la casa, esperando por alguna respuesta. ¿Cómo se supone que deba actuar ahora? Me parece imposible que actúe normal, es decir como siempre, porque... Bueno, tuvimos sexo, eso no es normal. Tal vez deba actuar neutral, o enojada... ¿enojada neutral? Un punto medio, sí. Le reclamaré y la odiaré por el momento, después esperaré a que las cosas se relajen un poco. Aunque no estoy segura de que forma las cosas podrían relajarse, la friendzone nunca fue lo mío. A duras penas conseguía citas, chicos, claro. Las mujeres en la vida me habían pasado por la mente. Hasta... Hasta que pasó, lo que pasó. Eso, sí.

Dejé mis pensamientos cuando la puerta se abrió y Hyewon apareció frente a mi. ¿Por qué hasta ahora es que noto lo atractiva que es?... Ah sí, soy lesbiana desde aquella noche, ya lo recordé.

—Hola Eunbi...— Hyewon se volvió, dejándome pasar, para cerrar la puerta detrás de mí. Miré a mi alrededor, buscando a su hermana, o alguna señal de su mamá, o cualquier persona, pero al parecer no había nadie.

—¿Estás sola?...— inquirí cautelosa. Hyewon alzó una ceja con con sonrisa.

— Sí... — contestó, casi en un tono interrogativo. Bien, es el momento.

—¡Eres una puta enferma!, ¿por qué dejaste que, hiciéramos, eso que... No hacen las amigas, imbécil... Eres, somos... Tu...— debí haber ordenado mejor mis ideas antes de abrir la boca. Oh, es que las cosas suenan tan bien cuando las pienso en mi cabeza, y al momento de decirlas, todo es tan mierda. 

Hyewon alzó sus manos en señal de que me detuviera.

—Tu también pudiste detenerlo... Y no lo hiciste— se defendió. 

—¡Era de noche, pensé que eras un ladrón, no tenía saldo, tu debías morir primero, gemías "Eunbi", llegaste al cuarto y me atacaste! ¡No sabía cómo!...— Hyewon entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos con una sonrisa. Caso pareciera que la situación la divertía.

—¿Qué tal?... Me refería a Kwon Eunbin, no a ti Eunbi...

¿Qué?

¿Eunbin? ¿La teñida, enana, fea, con problemas de pronunciación? ¡Soy mejor que eso! Sí, a veces me trabo igual, y digo estupideces, pero, vamos...

—Estás de broma, era yo, ¿no? ¿cómo Eunbin? ¡Joder, soy mejor!

Hyewon rió

—¿Por qué te importa si me lo estás reclamando?

—Porque...— suspiré, reconociendo que discutir el "a qué Eunbi se refería mientras se masturbaba" era algo estúpido y que me dejaría como una celosa. No estoy celosa, sólo soy mejor. Fácilmente es a mi a quien se refería. No a la otra teñida... Por favor, ¿qué mujer se tiñe de gris? Yo no, soy más natural. Negro nadie sospecha. Era yo. Obvio.—déjalo, el punto es que... Estuvo mal, Hyewon.

—En realidad estuvo muy bien...

—Sí pero... ¡No!, no estuvo bien, y no me dices nada de tu enfermedad, o eso que tienes... Y, además, ¿ahora qué?... ¿seguiremos igual?... Como amigas de toda la vida, o como extrañas amantes en las noches, ¿como mujeres lobo o algo así?...— Hyewon me miró confundida.

—¿Mujeres lobo?...

—Sí, ya sabes. De día unos y de noche otros, es metafórico.

—Sería más como vampiras...

—¡Claro que no!... Por eso soy yo la lista de nuestra relación.

—Vale, entonces seré la mujer lobo y tú serás mi pequeña corderita...

¡Eso es probablemente lo más estúpidamente sexy que me hayan dicho! Sólo podía haber salido de la boca de Hyewon. Aunque no tiene mucho sentido... Yo como "corderita" sería como los "cerditos" en la historia de los tres cerditos, y la "loba" vendría de caperucita roja... He creado un nuevo cuento, no infantil, más bien erótico que trascenderá a la historia de la literatura.

¿Por qué pienso en semejante idiotez?...

—Corderita tu culo...

—Suena claramente estúpido. No te pondré algún apodo para dominarte mientras tengamos sexo. "Eunbi" está bien...— dijo. Fruncí el ceño. ¿Mientras tengamos sexo?... 

—¿Kim está bien?...— mascullé sin mirarla. Hyewon soltó una enorme risotada.

—¿Mi corderita está celosa?...

—Sí esperas que te diga loba, estás estúpida— dije. Hyewon sonrió con triunfo, aparentemente satisfecha.

—No te preocupes, puedes decirme Hyewon...

—Bien, Hyewon. Ahora necesito aclarar las cosas.

—¿Qué tienes que aclarar Eunbi?... ¿De verdad eres el tipo de chica que después de tener sexo no puede andarse igual que antes de que pasara? Venga, Eunbi, tampoco es como si te fueras a embarazar o nos fuéramos a casar— ¡Es que así lo siento! Pero claro que para ella es así de sencillo.

Típicas palabras de una desorganizada amante que vive aterrada al compromiso, y encuentra placentero vivir rodeada del buen cumplimiento de sus deseos; como en las novelas mexicanas, esas que duran miles de capítulos tratando el mismo tema acerca de si Julio César embarazó a la hermana de su esposa Carlagreta. O algo así.

—¡Sí, en realidad es casi así! Y debí suponer que tu lo tomarías tan a la ligera... Eres tan patana...

—¡Eunbi! Espera, ni siquiera, nos hemos comprometido, y ya estás haciendo drama...— ¿comprometernos? ¿de qué habla ésta? Por lo menos tiene un poco de razón, estoy haciendo algo de drama.— Espera mejor a que te deje plantada en el altar...— ¡Animal!

—¡No me esperaría a eso contigo, idiota!, no sabes cuán insoportable eres algunas veces, Hyewon...

—Bueno, hace una noche me soportaste, me absorbiste, me apretaste, me rodeaste, me empapaste, también...

—¡Cállate!— le di un golpe en su brazo, logrando que comenzara a reír. Bufé exasperada, y con la pena reflejada en mi rostro. Bien, está casi bien que hallamos hecho lo que hicimos, pero que me lo diga puede que resulte siempre un poco vergonzoso, e innecesario. Tallé mis ojos con mis manos, sin saber qué hacer exactamente. Sólo buscando algo de tiempo, o alguna idea para saber qué decir o algo. Lo que sea.

—Eunbi...— Hyewon murmuró después de un rato. No contesté. Sólo seguí cubriendo mis ojos con mi mano. Quizá es cierto todo lo que dice y yo sólo debo de bajarle un poco el peso a todo, probablemente estoy siendo exagerada, tal vez sólo deba llevar las cosas con más calma... Y menos drama... Pero, bueno... Ahora soy lesbiana, quiero ser dramática.— Escucha, Eun... Lo siento— prosiguió.—Entiendo muy bien que tu no puedas quitarle importancia a las cosas, eso es algo que me gusta de ti, pero, sólo por ésta vez... Sólo por ésta vez, te pido que lo hagas— Hyewon se acercó hacia mi y quitó mi mano de mi cara para que la mirara a los ojos.— Ignora por primera vez las consecuencias que puedan surgir, y hagamos de ésto algo interesante para las dos...

¿Algo interesante?... Vaya interés el que hay en todo ésto. Pero... Joder, me gusta la idea. 

Quizá podamos jugar a la corderita y a la loba una vez más...

Parasomnia | KanbiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora