Shang Qinghua despertó, miro el techo de la habitación en la que se encontraba. Estiro sus extremidades y bostezo, totalmente despreocupado y ajeno. Aún tenía mucho sueño a pesar de estar consciente de que debía de ser pasado el mediodía. Por lo que una vez más volvió a bostezar y comenzó a preparase para regalarse unos cuantos minutos más de sueño. Cuando finalmente encontró una buena posición para retomar el descanso, la realidad lo golpeo de frente. Abriendo los ojos de forma abrupta miro nuevamente el techo de la habitación. La somnolencia se fue casi de forma instantánea.
"Hoy es mi boda" –Susurro para sí mismo.
En ese mismo momento, las grandes puertas de la lujosa habitación en la que se encontraba se abrieron de par en par. Dándole pasó a varios sirvientes demonio. Cuando todos los sirvientes entraron, Shang Qinghua finalmente se levantó, todos los sirvientes detuvieron sus labores y le miraron fijamente, para después saludarle.
-Buenos días maestro inmortal Shang Qinghua, felicidades por su boda –Dijeron todos los sirvientes al unísono.
Se le preparo un baño de agua caliente. Perfumado con flores y se le dejo solo para que pudiera asearse. A pesar de haber estado en una relación oficial con Mobei-jun durante varios años (la cual, no tuvo el mejor inicio de todos), Shang Qinghua nunca se acostumbraría a que alguien más le bañara (que no sea Mobei-jun, por supuesto), por lo que cada vez que llegaba la hora del baño, a pesar de su estatus, prefería hacerlo completamente solo. También aprovecho este momento para poder procesar mejor la realidad que le acababa de golpear.
-Realmente no puedo creer que me vaya a casar –Se dijo para sí mismo –No puedo creer que realmente Mobei-jun me haya pedido la mano en matrimonio.
Qinghua comenzó a mover su mano superficialmente por el agua, causando que el agua se moviera y creando pequeñas olas expansivas. Las flores se movieron con estas.
Shang Qinghua comenzó a recordar todas las dificultades que él y Mobei-jun tuvieron que pasar a lo largo de los años, todos los problemas de comunicación y las diferencias culturales con las que tuvieron que aprender vivir.
A petición de Shang Qinghua, la boda se haría completamente al estilo humano, por lo que en este momento, el imponente castillo de hielo en donde vivía, debería de estar cubierto por un rojo festivo.
Cuando finalmente salió de la tina y se puso su ropa interior. Varios sirvientes entraron para poder comenzar a ponerle su traje de bodas. El Hanfu era pesado, ya que tenía que representar su clase social y su nuevo título de "Príncipe consorte".
Estaba bastante emocionado y algo aterrado. Nunca creyó que podría llegar a tener esto en su vida. Su futuro marido lo amaba en cuerpo y alma, demostrándole lo devoto que era declarando que solo le tomaría a él y que no permitiría que se construyera un Harem.
Shang Qinghua caminaba por el pasillo dirigiéndose hacia el lugar en donde se llevaría a cabo la boda. Efectivamente, todo estaba decorado con hermosas telas rojas y adornos de oro. Todo combinaba y era esplendido.
Un hermoso y largo velo rojo cubría su rostro.
Todos los invitados le miraban, nada más que buenos deseos se veían en sus rostros. Su rey le concedió traer algunas flores del reino humano para poder decorar el lugar.
A pesar de estar algo triste de que ningún familiar o amigo suyo haya venido, la felicidad no podía desaparecer de su rostro.
Finalmente, Shang Qinghua llego al altar. Su rey le miraba con todo el amor del mundo y Qinghua estaba seguro de que su mirada decía lo mismo. Ambos tenían sonrisas tímidas en sus rostros. Y con cuidado, Mobei-jun lentamente comenzó a levantar su velo.
Shang Qinghua ante este acto cerró lentamente sus ojos, y cuando sintió que el velo había sido levantado completamente, los volvió a abrir.
Y cuando eso sucedió, una vista completamente diferente le dio la bienvenida.
Toda la luz se había ido, solo el gélido brillo de la luna iluminaba escasamente el lugar. Todas las sillas y mesas que estaban siendo ocupadas previamente por los invitados estaban rotas o tiradas en el piso. Las decoraciones estaban rasgadas, las flores completamente muertas.
Shang Qinghua dejo de mirar el lugar y volteo hacia el rostro de su rey, la sonrisa que previamente adornaba su rostro se había ido por completo, y solamente tristeza y melancolía le acompañaban.
-¿Mi rey? –Pregunto Shang Qinghua, estaba asustado.
-Qinghua –Llamo en un tono bajo. Lugo, ambas manos de su rey tomaron delicadamente su rostro, haciendo que le mirara directamente a los ojos, luego dijo –Por favor, es suficiente. No quiero verte sufrir más.
Shang Qinghua estaba asustado y confundido, no sabía que decir, no sabía qué hacer, no entendía a lo que su rey se refería.
-Está bien, lo has hecho bien, pero es hora de descansar, no tienes por qué hacer esto.
Repentinamente Qinghua comenzó a sentir que le faltaba el aire, no podía respirar. Mobei-jun alejo sus manos. Shang Qinghua comenzó a agarrase el pecho, intentando hacer inútilmente que el aire llegue a sus pulmones.
El hombre en frente de él solo lo miraba con lastima, pero no hizo nada, no podía.
Shang Qinghua se ahogaba.
Y repentinamente Qinghua despertó.
Con un movimiento brusco se sentó en la tina en la cual estaba sumergido. Comenzó a vomitar agua, toda el agua que habían tragado sus pulmones. Cuando no quedo más comenzó a botar bilis.
Qinghua necesitaba aire, y sus pulmones lo demandaban de forma feroz. Sus pulmones le dolían, su pecho subía y bajaba violentamente buscando aliviar el dolor.
Después de unos minutos, cuándo finalmente todo se tranquilizó, su respiración se volvió regular y el dolor de sus pulmones había disminuido, Qinghua miro sus brazos, llenos de cicatrices, miro el agua en la cual la mitad de su cuerpo se encontraba sumergido.
-...-
Sus ojos cansados y con bolsas siguieron los leves movimientos superficiales que con su mano hizo superficialmente sobre el agua, provocando pequeñas ondas expansivas.
-...-
Shang Qinghua comenzó a llorar.
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Más haya de esta vida [Moshang]
FanfictionShang Qinghua estaba asustado y confundido, no sabía que decir, no sabía qué hacer, no entendía a lo que su rey se refería. -Está bien, lo has hecho bien, pero es hora de descansar, no tienes por qué hacer esto.