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Megumi entro al comedor curioso, hace unos días llego un cocinero nuevo, eso le importaba poco pero según su padre y otros grandes vino con un niño, en la escuela es el único niño (aunque los rumores dicen que abrirán una sección de primaria) oír eso dio poder a su curiosidad.

El comedor estaba completamente vacía excepto un rincón donde estaba un niño pelirosa con audífonos y una consola en sus manos, estaba bastante concentrado y no notaba su entorno, Megumi recordó decir a sus compañeros que asustar personas así era divertido pero francamente lo hallaba molesto y aburrido, igual se acerco para entablar conversación con el chico.

- Quitate los audífonos mocoso, alguien se acerca - dentro de la mente de Yuuji la voz de su papá Sukuna suena haciendo que deje el juego y alce su cabeza, su papá tiene razón, hay otro chico en el lugar y se ha paralizado apenas lo noto, Yuuji en cambio esta sonriendo al ver que hay otro chico aquí.

- ¿Tú papá es profesor aquí? O ¿Acaso también eres un estudiante a hechiceros? - Yuuji le pregunta curioso al chico.
- Los rumores dicen que abrirán una sección infantil pero mientras sólo soy el hijo del profesor Fushigurou -
- Oh, papá lo mencionó mientras le ayudaba con la comida, por cierto ¿Cómo te llamas? Soy Itadori Yuuji -
- Megumi, no debo decirte mi apellido o ¿Eres idiota y preguntarás? -
"Es lo bastante idiota para hacerlo"
"Papá Sukuna no te oye estas hablando en mi cabeza"
"Lo sé, solo recalco que eres un idiota"

Megumi quien obviamente desconocía la conversación intentar del chico sólo lo veía hacer una cara rara, esto causo su enojo.

- Si te vas a burlar de mi nombre idiota te aviso que te partiré la cara -
- ¿Ah? ¿A quién llamas idiota, idiota? -
- A ti estúpido -
- ¿¡Cómo dijiste?!
"Oooh, esto sera bueno, mocoso si le dejas un ojo morado te daré helado"











Mientras en la academia de Jujutsu dos niños se conocían y formaban su amistad de una singular manera en la ciudad Jin se encontraba en un café tranquilo revisando su teléfono, usualmente le gustaba salir con Uraume a su lado ya que Sukuna Danna no podía alejarse mucho de Yuuji pero esto era distinto a una salida usual.

- ¿Puedo sentarme? -
- Claro -
- ¿Esperaste mucho? -
- No, no, tengo poco tiempo de llegar no te preocupes Kaori... ¿O prefieres que te llame Kenjaku? -

La sanación de una maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora