Yes or yes | Oumami

Uno

—Toma esto, Amami-chan —un pequeño Ouma le extendió una especie de sobre al contrario, que se encontraba parado delante suyo.

—Ouma, no sé leer —respondió el peli-verde luego de abrir el sobre y ver que se trataba de una carta llena de un montón de letras, pintura y brillos morados.

—"Iimi, ni si liir", ¿Sabés cuánto me costó hacer esto? —hizo un pequeño berrinche.

El de baja estatura le quito de las manos la carta al contrario y empezó a leerla.

—Mira, aquí dice "cuando seamos grandes, ¿Quieres casarte conmigo?" Y más abajo se supone que tienes que llenar una de las dos opciones —se volteó luego de terminar de leer y le regaló una linda sonrisa al mayor.

—Ohh... ¿Qué es casarse? -preguntó inocentemente.

Ouma volteó los ojos.

—Es lo que hacen dos personas que se quieren mucho —le explicó.

Al más alto le brillaron los ojos, como si hubiera descubierto la cura de una grave enfermedad. Se dirigió hasta donde había dejado su mochila y sacó un crayón de esta.

Luego le quito la carta a Ouma y se propuso llenar uno de los espacios que había más abajo. Él sabía el significado de "Sí" y "No", y a pesar de que no sabía leer, sabía cómo se escribían ambos.

—¿Por qué hay dos "sí"? —preguntó, confundido.

—Ahh, no te preocupes por eso —sonrió nerviosamente.

Amami estuvo un rato con la carta, lo que le resultaba estresante al pequeño peli-morado que tenía poca paciencia.

—¿Ya terminaste? —preguntó.

—¡Sí! —le respondió su amigo, que portaba una gran sonrisa que adornaba su rostro.

El peli-morado tomó la carta y se dio cuenta de que Amami había llenado ambas opciones.

—Sólo era una...

—¡Lo sé! Pero así estaría confirmando doblemente que nos casaremos, ¿No? —dijo feliz.

Ouma se sonrojo levemente.

—Ya es tarde, me voy antes de que llegué mi mamá —se despidió.

...

-¡Ya viene el profesor! -gritó la rubia que se encontraba vigilando la puerta.

Al escuchar esto, todos saltaron, trataban de acomodar el salón lo más rápido posible antes de que llegará el profesor.

Mientras tanto, Amami estaba ocupado tratando de levantar a su mejor amigo, a quién se le ocurrió la excelente idea de dormir en clase.

-Maldita sea, ¡Ya despierta, imbécil! -se quejó para luego darle un fuerte golpe en la cabeza.

Y funcionó, su amigo se había levantado.

-Ugh, ¿Dónde estoy? -preguntó, aturdido por el golpe.

-Ya viene el profesor, cállate -respondió el contrario.

A pesar del aviso de su amigo, Ouma no le hizo caso y siguió durmiendo.

Al ver que no tenía ninguna intención de levantarse, Amami jaló el puesto donde Ouma estaba sentado hasta atrás. Así el profesor no se daría cuenta, o al menos no al instante.

Si el profesor se daba cuenta de que Ouma estaba durmiendo en su clase nuevamente, esto le iba a costar otra falta al peli-morado.

-¡¿Qué estás haciendo?! ¡Ayúdame a acomodar! -se quejó Miu, la rubia que anteriormente estaba vigilando desde la puerta.

-¿No ves que estoy ocupado? -rebatió.

-Idiota, no te cuesta nada ayudar, sabes todos están ayudan-

La rubia no pudo terminar de hablar, ya que el contrario se dirigió rápidamente hacia la salida, con el objetivo de distraer al profesor.

Y le funcionó, lo mantuvo ocupado un buen rato con la escusa de que su libro de biología se había perdido y necesitaba uno nuevo. Así el profesor lo llevó hasta la oficina del director y le entregó un nuevo libro, también le preguntó por sus notas, para poder ganar más tiempo.

Al llegar al salón, todo estaba organizado.

-Gracias, idiota -le dijo la rubia apenas se sentó, sus puestos estaban uno detrás del otro.

-No lo hice por ti -respondió el contrario, mirando fijamente a su amigo peli-morado, quién ya se había despertado.

Iruma inmediatamente se dio cuenta de que en realidad lo estaba haciendo para que el profesor no pillara a Ouma durmiendo. Era algo lógico, ella sabía que Amami estaba enamorado de él desde hace tiempo, y a pesar de que solo eran amigos, haría lo que fuera con tan de que estuviera bien.

-Ja, lo sé.