Dejo de creer en imposibles

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Hola, hace mucho tiempo que no dejo nada por acá, sin embargo se me vino a la mente una anécdota, justamente en FF, una de las escritoras de Hitsuhina que consideraba lo máximo se dio de baja porque era demasiado mayor para esto, pero... aunque ya no tenga 16 años ¿escribir tiene fecha de caducidad? No lo creo.

Así que estaré abierta a sus comentarios y si les gusta la historia dejen su feedback. Un gran abrazo.

Dejo de creer en imposibles

Capitulo único.

Pasan los años, pero en la sociedad de almas no se nota de forma tan evidente como en el mundo de los humanos, sin embargo hoy es uno de esos días donde no consigo motivación para levantarme de la cama sin rechistar y esto me agobie en un acto de irresponsabilidad. Debo levantarme. Debo ir a laborar, laborar con el Capitán Hirako. Laborar.

Ganarse la vida como shinigami, incluso teniendo el talento, era duro.

Pero, eso no me agobiaba en lo absoluto, me gusta lo que hago y eso me hace sentir que nací... mejor dicho morí para continuar con una pasión, que si no es el Kiddo y el infortunio de no sacar un bankai apropiado en el momento apropiado, si otra desgracia no demanda sobre el sereitei, es ayudar a otros.

Me gustaría ser más como Hitsugaya, siempre apropiado en el momento que otros le observan.

Si, era hora de levantarse, a mi suerte aún era temprano y daba tiempo para desayunar adecuadamente, tomar un baño y acicalarme. Y el cielo era gris.

Era gris. Indicando fuertes lluvias.

Hace unos 20 años, desde que Kurosaki-san llegó a enloquecer a cada miembro de estos espacios era una niña que odiaba la lluvia, los truenos y los relámpagos, me hacían temblar de miedo, de ansiedad y prefería el cálido solar que te saca más pecas y posiblemente Matsumoto te regañe porque el prototipo de chica ideal es de piel nívea, pero me gusta la piel tostada por tan potente astro, si las plantas no pueden vivir sin sol, Hinamori Momo tampoco –me llene los pulmones de orgullo falso- pero eso era antes.

De cierta forma, el sol representa alegría y aunque una persona pueda sonreír por los pasillos, no siempre es así. Solamente Ikkaku, de la división 11va me dijo en una fiesta de tragos, "Te notó bien, pero sé que no lo estás, esas sonrisas falsas no formaban parte de la división 5 ¿o sí?"

Ante tal acusación, no dormí, y luego de esa noche tampoco dormí. Sé que no había mala intención en tal afirmación, si algo de sorna, pero no del todo mala. El problema continuaba siendo yo.

Tras algunos comentarios y alejarme de algunas personas, deduje que la lluvia no era tan mala, todo lo contrario sana el alma.

Cubre los gritos de impotencia, de sentirte usada, inútil, insuficiente. Nunca pensé que con o sin Aizen, mi carrera como shinigami fuera tan vacía, pero tras meses de rehabilitación y constantes disculpas y frialdad de Toushiro, nunca me había sentido con tal necesidad de renacer.

Él, también había hecho el papel de estúpido y nadie lo veía con lastima, y había atravesado los límites del fracaso, y nadie lo veía insuficiente, nadie le retaba desplazarlo de su cargo. Y nadie hacia nada más que voltear a verme como un animalito roto por los pasillos.

A quien antes nadie veía.

La lluvia, me ayudo a entender que para florecer hay que tener días de tristeza, de pie, de caída, de fracasos, fracasos y a veces pensamientos rosas con aroma a chocolate.

Y supongo que ya no soy la niña de antes, no soy la joven tonta pero si algo ridiculizada, trato de no hacer mucho caso a ello, pero si es difícil lidiar con las miradas intrépidas.

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