Continuidad...

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Pasaba viendo la hora en el reloj de la oficina, ya eran las 3:34p.m, en menos de media hora la jornada diaria debía terminar, pero me daba algo de curiosidad cómo terminaría el día. Y se tomó unos segundos para divagar en su sillón.

De Hinamori me gusta su sonrisa, su olor suave y dulce, no me gusta compararla con flores porque aparte de sobreexplotado el concepto, es superficial, ella evoca una dulzura genuina, a veces frágil como un fruto de verano radiante en el sol, exquisito de aroma, pero en el frio apaga sus colores dándole un aire de sobriedad.

¿Estoy comparando a Hinamori con frutas? Efectivamente. Ahora, si ella fuera una fruta su nombre hace perfecta alusión por lo aterciopelada y linda que se ve su piel, pero no es presuntuosa como una cereza, no goza de verdadera embriagada adultez, pero tiene curvas que al hombre correcto sabría enloquecer. Su cabello al viento es un toque de libertad, de ese espíritu de llamas que es ella, no siempre es dócil, no siempre es débil ni todo lo que menciono...

¿Espera me contradigo? Es que es una emoción extraña, ella es y parece ser, pero te sorprende lo efusiva que puede ser, también puede chocar lo cerrada que puede llegar a ser. Es un desequilibrio pero servicial con sus alrededores, me gusta lo culta que puede llegar a ser, cuando se encierra a leer, y su casa huele a canela, otras veces a frutas. Sí lo mejor es compararla con una fruta.

Aunque a veces me hacía sentir cosquillas cuando la encuentro sudada de entrenar y decirme que vayamos por un helado, entonces deja esa niña cálida para salir a explorar los cerezos que rodean a la Sociedad de Almas, a veces me reta a batallas pero se frustra al perder. Y no seré blando con ella.

Me gusta Momo.

Recuerdo el último día que tomé su mano, estábamos en el mundo humano haciendo guardia y Hirako la envió a estudiar una proyección de usuarios con Kiddoh irresponsables y borrachos que quisieron derrotar huecos y no hacían plena ejecución y correcta de las invocaciones.

Aparecieron huecos a los laterales del equipo y lo primero que hice fue halar a la chica de su mano, apretando fuertemente para pasarla a mi espalda. Ella me reprochó que no era una princesa indefensa, yo escuchaba "bla, bla. Mo Shiro-chan, basta... bla, bla" una vez derrotados los enemigos, ella me tomó nuevamente y balbuceaba, "gracias, pero podemos luchar los dos."

Si, Hinamori Momo me traía como tonto.

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-Es hora capitán, me retiro a una reunión- anunció Matsumoto, pero lo que causaba que levantara la vista al reloj era que debía salir también.

-Querrás decir a beber ¿no?

Matsumoto me refutó, sonreí de lado a sus espaldas. Tenía que verme con una tonta.

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Hinamori aún no había llegado al punto de encuentro, pedí un agua helada y servilletas, enrollando el papel a mi vaso esperé un poco más, y al alzar la mirada y con muchos minutos de retraso Momo estaba frente a mi pidiendo disculpas por la tardanza, lo que noté era que estaba más perfumada que de costumbre, maquillada suavemente, y con su habitual uniforme, pero el cabello totalmente suelto.

No quise hacer comentarios a su look de la tarde, pero me hacía grato ver que esos detalles eran conmigo.

-¿Cómo te sentiste hoy Shiro-chan?

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2021 ⏰

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