Algo Que No Olvidaré • Tokito x Male!reader

••|pastel de fresas|••

Con ágiles movimientos esquivaban y atacaban, acertanto en algunos y fallando en otros.

El arma que portaba el demonio eran dos cuchillas gemelas, apenas con su nichirin lograba mantenerlo a raya. Realmente el demonio no era muy fuerte, pero su agilidad lo recompenzaba, con el transcurso de la pelea el demonio confesó que los ciudadanos lo consideraban un "Dios", él brindaba protección de los demás demonios siempre y cuando le den un sacrificio todos los días, símplemente le pareció hipócrita por parte de la gente pero no dijo nada.

-Respiración del Cerezo, séptima postura: corte de temporada -dió fin al demonio de una vez por todas, la cebeza del mismo rodó por los suelo para seguido sonrojarse.-

-¿Eh?, fuí derrotado...eres más fuerte que yo..¡Qué exitante! ¡Mi sangre recoriendo tu katana hace que deseé otra batalla contigo! ¡Tu fuerza me ha cautivado, joven! -lo que quedaba de su cuerpo volvió a tomar su cabeza, poniéndola en sus piernas para sentarse y seguir viendo fíjamente al chico.-

-¡Tan sólo verte hace que mi cuerpo se contraiga! -puso una mueca asqueada por la actitud del demonio, el albino tenía en su rostro un sonrojo y juraría que sus pupílas se transformaron en corazones-¡Espero tener otra..batall-...a...cont....i.......go...-se desintegró, dejando en el templo un silencio abrumador.-

Rechistó y salió de la construcción, recibiendo de inmediato expresiones sorprendidas y/o de odio. Caminó entre todos los civiles hasta la entrada de la ciudad, comenzando a irse y dejando a todos en silencio.

•••

Sus pasos eran tranquilos mientras admiraba todo su alrededor, le notificaron que su finca acababa de terminar de construirse y podría ir a visitarla.

Al ser un nuevo Pilar y alguien aue resiste el frío, su finca se encontraba un poco más lejos que las del resto para poder abarcar una zona entera;  la nieve no se hizo de esperar, hacía frío pero para él sólo era como una ligera brisa.

Entró a su ahora silenciosa finca, admiró cada detalle que tenía, se tomaron la molestia de ponerle muebles y comida, agradeció por eso y de inmediato fué a darse una ducha para eliminar toda la suciedad que recibió en sus dos anteriores misiones. Al salir, cayó rendido en su futón para así cerrar los ojos y dormir tranquilamente.

•••

Un nuevo día, una nueva oportunidad de valer mierda, como diría nuestro protagonista.

Los graznidos de su cuervo lo despertaron de su sueño embellecedor.

-¡¡____________ Ryoshi!! ¡¡Se solicita tu presencia en un pueblo al Sur, un demonio ha estado destrozando las casas y deborado a sus habitantes!! ¡¡Al menos 40 personas han muerto ya!! ¡¡Rápido!!.-

Aún adormilado balbuceó un "sí" y de forma rápida se cambió lo mejor que puso su aún dormido cuerpo y salió.

-(¿El Sur? Tendré que tomar un tren)-pensó mientras cambiaba su rumbo a la estación.-

No tardó mucho en llegar pues quedaba cerca, hizo fila para comprar su boleto y finalmente entró a la gran máquina, tomando asiento cerca de una ventana.

-¿Puedo sentarme? -la voz de un chico sonó, el sin tomarle mucha importancia y sin voltear a verlo susurró una afirmación.-

El tren rápidamente se llenó de personas, tanto adultos como niños caminaban por el estrecho pasillo hasta llegar a un asiento disponible y comenzó a avanzar. Miraba el paisaje avanzar rápidamente a través de la ventana, el frío de la aún mañana seguía presente al igual que la Luna que comenzaba a desaparecer para darle la bienvenida al Sol; en un momento una de las ayudantes del tren llegó a sus asientos.

-¿Desean algo del menú? -les entregó un papel doblado con diferentes comidas y sus respectivos precios escritos en el.-

Analizó con detalle todo, su estómago gruñó de hambre al no haber desayunado y exigía alimento o se pondría de mal humor.

-U-una rebanada de pastel de fresa y una taza de té, por favor -tartamudeó, siempre le daba vergüenza tener que interactuar con alguna otra persona.-

-Unos onigiris por favor -ambos regresaron el menú, la chica asintió y se retiró, dejando de nuevo un silencio.-

-No esperaba verte por aquí -la voz de la persona a su lado lo llamó, volteó curioso para ver a quien menos esperaba, Muichiro.-

-¿E-eh? -balbuceó confindido.-

-¿Tienes una misión, cierto? Yo tengo que hacer unas cosas, me bajo en la siguiente estación -la mirada turquesa vagó por todas las personas.-

Seguía nervioso y hasta incómodo con la presencia de este, aún recordaba lo que le dijo la última vez y esas palabras dieron justo en la poca autoconfianza que tenía. No contestó nada y minutos después otra chica trajo sus órdenes.

-Que lo disfruten -siguió atendiendo a los demás pasajeros.-

Sin dudas se veía delicioso, tomó una pequeña porción con la cucharilla de metal degustando el sabor de la crema de vainilla y la dulzura de las fresas, sonrió como niño por eso.

A su lado, sin darse cuenta, Muichiro miraba atento cada una de sus acciones, aún el chico le parecía un débil pero no dijo nada y comenzó a comer su propia merienda.

••🍡editado