Capítulo VI

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Martín estaba atento. Su mirada se posaba sobre la cola de su hermana. Ella, atrapada por la excitación, dejó el lápiz arriba de la carpeta, y acostada como estaba boca abajo, colocó ambas manos en sus caderas, sujetando a cada lado el elástico de la calza. 

Miró por última vez a su hermanito, y comenzó a bajársela. Tiró lentamente y despacito su calza hacia abajo. Lo primero que saltó a la vista fue el borde de la tanga rosada. Continuó bajando, y aparecieron sus nalgas bien grandes cada vez más descubiertas. Llegó bajándose la calza hasta el final de la cola y el comienzo de sus muslos, cuando se detuvo. 

El muchacho observaba todo. ¡Le estaba viendo la cola a su hermana en vivo y en directo!. La tanga era demasiado pequeña, apenas le cubría la rajita del culo, estaba casi todo descubierto. Le pareció extremadamente excitante… gordo, con volumen, nalgas bien grandes… la tanga se enterraba dentro de toda esa carne. 

Tenía la pija parada haciendo presión en el pantalón. Estaba tan excitado que ni se cubría su erección ya, no le importaba que Florcha se la estuviese viendo. 

Florencia también estaba muy cachonda, de a ratos le miraba el bulto a su hermano y por momentos deseaba vérsela, pero se contenía. 

- Bueno, ya es suficiente-Dijo la chica. 

Martín se quedó viendo. Ella volvió a subirse la calza, esta vez más rápido. Se la puso en su lugar. 

- Ufaa, un ratito más?? 

- Jajaja nooo, mañana, pervertido. Se acabó el turno de hoy. 

Terminaron con el estudio, y Martín aprovechó lo que quedaba de mañana para hacer las tareas del hogar.. por partida doble. Le tocó fregar el piso de casi toda la casa. Pero nada era comparable con haber visto a su hermana en tanga. Valía la pena, salía ganando, se decía a sí mismo. 

También cocinó el almuerzo, dejando todo listo. Mamá llegó del trabajo, y agradeció a su niño por haber cocinado. Florencia también se sentó en la mesa y llamaron a Agustina para que se despierte. 

La mayor acusó un clásico dolor de cabeza por haber bebido tanto la noche anterior, y se quedó en la cama. 

Fue transcurriendo el día, y el chico estaba muy caliente todavía, por lo que había pasado en la mañana. Tenía la cola entangada de su hermana en la mente, y se le paraba la pija a cada rato. Cuando a la noche su hermana se bañara, pensó en usar la tanga para hacerse la paja. 

Lo llamó un amigo, que lo necesitaban para jugar un partido, porque faltaba un jugador. Aceptó gustoso la propuesta, y se fue. 

Como era de esperar, cuando regresó a casa al anochecer, su hermana Agustina seguía en la cama. Pasó por el dormitorio de las chicas y la vió allí despierta, hablando con alguien por whatsapp. Fue hasta la cocina y allí estaba Florcha tomando un té. Todavía estaba con la misma ropa que en la mañana. 

- Hola Flor, te vas a bañar ahora? 

- Hola, no, ahora tengo que irme de Lucía un ratito. Por? 

Hermanas tangas y bombachas (Retomada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora