Noche 1

126 25 11
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Su alarma sonó pero él no se movió, había dormido bien, muy bien, seguía recostado sobre su cama con la mirada en el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo en ese momento, aunque en realidad no le estaba prestando atención a nada más que a sus pensamientos.

«¿Me hace falta algo?»

Y no es que se sintiera insuficiente, no lo malinterpreten, simplemente el hecho de tener 21 y aún tener intactas sus 8 horas de sueño -o más- se le hacía muy raro y dañaba su ego.

«La gente debe tener muy malos gustos»

Se levantó en dirección al baño para iniciar su día; día donde empezaría un nuevo ciclo en la universidad, esperaba que esta vez le fuera bien, ¿o mal? ¿Cómo debería referirse a eso? Y es que, cuando cumples los 20 años de edad estás condenado, una condena que Yibo quería experimentar.

Ésta consistía en que desde iniciada tu segunda década de vida, tenías el castigo de unas largas noches de insomnio si es que alguna persona había quedado perdidamente flechada por tí. No ibas a poder dormir en paz, hasta que esa persona se duerma, estés presente con ella o formalicen una relación. Según Yibo, esto ayudaba mucho a las relaciones -que nunca tuvo- ya que si esa persona dejaba de amarte, iba a volver a perder el sueño, y no podía excusarse con diciendo "quizá también le gustó a alguien más" era bobo decir eso, sabiendo que al estar dentro de una relación donde el amor es obvio, nadie podía quitarte el sueño, porque se supone que solo tienes ojos para tu pareja; tampoco aplicaba para los amantes que esconden sus relaciones, así era todo mejor, no podían existir las infidelidades o relaciones sin amor.

O al menos eso es lo que él pensaba, tampoco sabía muy bien del tema, era muy complicado de entender así que prefirió solo centrarse en que no dormir significa que le gustas a alguien y que si tenías una relación con ese alguien podías dormir bien.

A muchas personas les gustaba presumir su falta de sueño, diciendo que era inevitable ya que eran irresistibles, pero esa arrogancia con la que hablaban era la que hacía a Yibo desesperarse, ¿Qué tenía el resto que el no? Su rostro era muy bello, su cuerpo era muy llamativo, su estatura era buena, y es que ¡Joder! ¡El fácilmente podría llegar a ser el Ken chino!

Si él se viera por la calle a si mismo, sin duda quedaría enamorado a primera vista, su impresión ante el mismo era buena.

«Yo me daba»

Río ante su pensamiento. Con una última mirada frente al espejo, salió de su departamento. Pero eso no impidió en que su mente siga vacilando.

«¿Quizás es mi actitud?»

Lo más seguro es que si, el mismo reconocía que no se le daba muy bien el tratar a los demás, ¡Pero no era su culpa! Simplemente el resto no entendía ni respetaba su forma de ser, con mucha razón no se merecían a alguien tan bueno como él.

Let me sleep Donde viven las historias. Descúbrelo ahora