Mar de dudas

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Así sin más, todos los agentes del FBI que habían seguido a los principales sospechosos estaban muertos.

Para Near fue como si alguien hubiese explotado algo justo a lado de su cabeza, dejándolo con un zumbido que apenas y lo dejaba escuchar el resto de cosas que pasaban a su alrededor. Se sentía aturdido y con un terror que le calaba hasta los huesos y que le recordaba al miedo que había sentido cuando aún estaba con ese monstruo que casi le quitó la vida.

¿Cómo podía pasar algo así? Se supone que eran profesionales, personas que estaban enteradas de los riesgos y habían sido educados en las cosas que debían y, principalmente, no debían hacer. Entonces, ¿por qué estaban muertos todos?

—Eso no puede ser, —Mello dijo, mirando a Watari—. ¿Cómo?

—Me gustaría tener más información, Mello, pero será mejor esperar a L. —Dijo, sacudiendo la cabeza—. Son parte del caso, lo sabrán.

Con un pesado suspiro, el hombre mayor dio la vuelta y se adentró en la habitación que L había entrado con el teléfono, dejándolo atrás para sumirse en sus propios pensamientos destructivos. Había muchas cosas que decir y al mismo tiempo nada. Sabían que la gente podía morir así, que era cuestión de segundos para que alguien cayera fulminado, pero sonaba imposible que gente del FBI muriera cuando se suponía que todo iba bien.

—Todo estará bien, Near, —Mello dijo, tomándole la mano a Near y acariciando el dorso con su pulgar—. Se que... que es complicado y esto no luce bien, pero lo resolveremos.

Near aprecia el confort, aprecia que aun a pesar de todo Mello siga siendo aquella fuerza que lo ayuda a seguir adelante, pero todo esto parece correr mucho más rápido de lo que cualquiera de ellos está preparado para enfrentar y el miedo que tenía porque alguien de ellos muera a manos de ese asesino solamente aumentó con todo esto.

—¿Cómo vamos a detenerlo?

—Entre todos lo resolveremos, estoy seguro. —Matt dijo al ver que Mello parecía no saber qué decir—. Así como ha resuelto muchos casos antes, así como resolvimos el anterior, así.

Dentro de sí, Near sabe que ni él mismo está seguro.

L no volvió con ellos por lo que restó del día, en algún momento salió de la habitación y se fue con Watari, diciendo únicamente que encendieran las cámaras pues debía de reunirse con el equipo de la policía.

Les habría gustado que se quedara y hablara con ellos primero, pero al final entendieron.

—Los agentes del FBI fallecieron de un ataque cardíaco hace poco, —L dijo sin miramientos, apenas y reaccionando a los sonidos alarmados y reacciones de pánico de los demás—. El jefe del FBI se contactó conmigo y anunció que no apoyará en nada más.

Sus reacciones también caen dentro de lo esperado. Lucen asustados, preocupados y con una pesadez que se siente incluso a través de la pantalla. Parecen no saber qué decir por lo que se la pasan preguntando el por qué y cómo es que pudo pasar, recibiendo siempre la misma contestación de L: Kira los mató.

Cuando esa inseguridad y desconcierto pasa, sin embargo, llega el enojo y no solo se limita a Kira. Soichiro Yagami está enojado porque una de las personas que uno de los agentes, Raye Penber, seguía a su propio hijo y los demás de la policía vuelven a quejarse sobre lo injusto que es todo, diciendo que con esto seguramente perderán mucho más apoyo y que el riesgo lo están corriendo mayormente ellos.

—Claro porque L no se está reuniendo casi a diario con ellos, —Mello siseó—. ¿Qué se creen? Si no fuera por él, ni siquiera sabrían dónde vive Kira.

Rewind [Mello x Near]Where stories live. Discover now