La nueva película de los superhéroes favoritos de Erick se acababa de estrenar, y su novio quiso llevarlo el día del estreno.
A pesar de estar repleto de gente a más no poder, Joel logro pasar por encima de todos, para recibir sus palomitas y refrescos.
Es por eso que agradece el hecho de que su padre sea el dueño de esa sucursal.
-¿Emocionado?- lo abraza por la cintura.
-Mucho- le sonríe.
-¿Quieres otra cosa?- roba una palomita, y la lleva a su boca.
-Si no es mucha molestia... ¿Podrías comprarme el depósito de palomitas, en forma del puño de Hulk?- juega con sus pies.
Sabe a la perfección que su novio forma parte de una familia muy adinerada, y no quiere hacerle pensar que está con el por sus riquezas, así que siempre evita pedirle cosas, pero al ver a ese niño frente suyo con sus palomitas en ese bote, inmediatamente quiso uno.
-¿Solo eso?- interroga mirándolo, lo conoce.
-Si-
-Te traeré un vaso de...-
-¡Spiderman por favor!- interrumpe emocionado.
-Por supuesto- se cuela entre la gente.
El ojiverde mira con inquietud cada acción que el rizado hace; se siente satisfecho por tenerlo a su lado, ese hombre que lo volvió loco desde la primer sonrisa que vio escabullirse de su rostro.
Al regresar, sostiene con emoción los artículos de colección que le ha comprado, lo ama mucho, y más en esos momentos.
Tal vez el dinero no compra al amor, pero el interés que pone en comprarle cosas para hacerlo feliz, si que lo hacen por completo.
-Señor, pase por favor- susurra un guardia cerca de él mayor.
Guían a la pareja, hasta una de las salas del fondo.
-Es emocionante que seamos los primeros en entrar- habla Erick sonriéndole.
-Si, bebé- lo mira incrédulo.
El menor no tiene idea, de que ellos serán los únicos en entrar a esa sala.
Aquel hombre alto y corpulento se asegura de que tengan todo lo que necesiten dentro de la sala VIP.
-James- indica el ojinegro acercándose al mencionado -Amigo, podrías decirles que desactiven las cámaras de seguridad en esta zona, no quiero que estén husmeando mis asuntos privados- le hace un guiño, y el guarura asiente lentamente con un buen gesto.
-Joey, ¿A qué hora llegan los demás?- hace un puchero pequeño.
-Nadie va a llegar, pequeño-
-¿Se canceló?- lo mira con temor.
-No, esto es solo para ti y para mí- se sienta en el sofá junto a él.
-Se va a sentir extraño- se acomoda de igual manera.
-Claro que no- se acerca para besarlo.
-Ya vi que no- se muerde el labio inferior, apenas se separan.
Joel toma su mano para hacer que se levanté. Lo guía enfrente suyo y lo observa de pies a cabeza solo unos segundos antes de hablar.
-Sube- sonríe con los ojos sobre los suyos.
-Van a vernos- lo obedece en un rápido movimiento.
-¿Quien?- acaricias sus piernas.
-Las cámaras- susurra en su oído.
-Están apagadas, ya me encargue de eso- cuela sus manos dentro del jeans negros del menor, acariciando sus firmes nalgas.
Erick acaricia el marcado abdomen de su pareja, sintiendo en sus dedos lo suave que es su piel. Hunde su cabeza en el hueco de su cuello, y comienza a chupetearlo.
-¿Traes condones?- habla agitadamente el ojiverde.
-No-
-Joel, eso te toca a ti-
-¿Que te preocupa, bebé? Creo que ya es hora de formar una familia- lo mira con los ojos brillantes.
-¿Hablas enserio?- muerde sus labios.
-Se que apenas tenemos tres años de noviazgo, pero yo quiero ir más allá contigo, y estoy seguro de que a mi suegra le caería bien otro nieto- juega con la orilla de sus pantis.
-Tienes razón- besa su mejilla.
-¿Puedo?- murmura tocando su agujero.
-Si señor- se levanta, sacándose rápidamente toda la ropa de la parte inferior de su cuerpo.
Se coloca en cuatro sobre el amplio asiento, esperando ansioso a que lo haga suyo.
Joel desciende hasta estar a la altura de su trasero, y con ayuda de un poco de saliva lo humedece. Sus dedos estiran la piel de sus nalgas, para abrirlo y comenzar a simular estocadas con su lengua.
Chupa bien su entrada, asegurándose de tenerlo lo suficientemente dilatado para hacerle el amor.
Ensaliva uno de sus dedos, para cerciorarse de que está listo, y al ver como se desaparece, desliza su pantalón sobre sus piernas hasta que cae completamente.
Lubrica su pene con el apoyo de su mano, y mete velozmente el glande
Erick chilla bajito por la impresión, mientras se acomoda mejor.
El rizado sale de él, para entrar de nuevo, pero esta vez por completo.
Su novio gime en voz alta, sintiendo como se desmorona ahí mismo por el placer.
Inicia con unas embestidas suaves con las que el menor se calienta en exceso, masajeando su erección con desespero.
Su punta alcanza a tocar la próstata de Erick, y este jadea en repetidas ocasiones su nombre, para demostrarle lo bien que está haciéndolo.
Grita con desespero, cuando salpica el sillón con su semen, e inconscientemente aprisiona el miembro de Joel, que se corre dentro de él, unas fuertes penetraciones después.
-Mi película ya empezó- se queja en cuanto se recupera.
-Volveremos a verla- besa su hombro.
-¿Con más palomitas?-
-Con muchas más palomitas- afirma, retirándose de él.
<3