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Las sábanas blancas de la cama del rubio estaban completamente revueltas; una mano fue azotada contra el colchón por otra mucho más pálida que esta.

Los dos amantes se estaban comiendo a besos en esa hermosa tarde; había pasado ya un mes desde que Heeseung decidió romper las reglas y enamorarse de aquel azabache de ojos grandes. Estaban todo el tiempo juntos, haciendo todo tipo de cosas en campañas del otro.

A veces veían al cielo y le encontraban formas a las nubes; o tal vez veían el tiempo pasar. Jake le enseñó todo el pueblo al rubio, y pensaron en nuevos escondites para hacer su actividad favorita: besarse.

Para ellos, los besos eran algo del demonio, pero, ¿por qué algo prohibido se sentía tan bien? Por alguna razón, adoraban compartir saliva y sentir el cuerpo del otro junto al propio.

Tenían que esconderse de todos; incluso de sus madres, quienes con el tiempo, se volvieron mucho más cercanas, hasta el punto de que la señora Lee consideraba a ChangMi su amiga.

- Jake~ -habló el rubio que pasaba sus manos por la camisa blanca de su enamorado. Lo adoraba con cada parte de su cuerpo y con toda su alma; se había enamorado por primera vez. Y de un chico de ojos negros y actos cuestionables pero divertidos; siempre que estaban en público, fingían ser simples amigos y jugaban con constancia-. Te amo.

El aludido sonrió, completamente lleno de gozo; estaba completamente enamorado del rubio. Quería, con todas sus fuerzas, que esos ojos azules siempre permanecieran cerca de él. Ya no le importaba lo que decía la biblia o los sermones que daba el padre Kim NamJoon en sus misas; él por fin se estaba permitiendo amar a alguien, y vaya amor.

-Yo más, Heeseung -lo miró desde arriba, puesto que estaban acostados en la cama, el menor sobre el rubio mientras se deleitaba con aquellos increíbles ojos-. No tienes idea de cuánto.

¿Qué podían decir? Se habían enamorado casi al instante de conocerse; pero el amor llegó después de compartir tiempo juntos. Claro que todo era apresurado, pero se amaban realmente.

Ambos chicos se sonrieron, disfrutando de su cercanía. Había veces en las que simplemente se acostaban en el pasto del jardín oculto de la iglesia y se quedaban ahí horas y horas; no importaba cuanto tiempo, mientras estuvieran juntos. Se desvivían uno por el otro.

-¡Jake! ¡Baja! Tenemos que irnos -gritó la pelinegra desde la parte baja de la casa. El mencionado rodó los ojos con fastidio, detestando el tener que alejarse una vez más del chico al que más amaba.

-Tienes que irte -susurró el rubio sobre los labios del pelinegro, quien sonrió con sorna y le robó un tierno beso.

-No tengo que hacerlo, quiero quedarme aquí contigo.

- Jake, ya sabes que no me gusta que seas así con tu madre, ella te dio la vida y-

-Bien -soltó un suspiro pesado y se dejó caer sobre el rubio, para abrazarlo con todas sus fuerzas antes de levantarse de la cama-. ¿Nos vemos mañana?

Ya se había vuelto algo adictivo para ambos el estar juntos, pero no podían hacer nada. Cuando estaban separados, sentían que algo les faltaba, sentían que no podían estar completos sin su otra mitad.

Heeseung simplemente asintió y vio como el azabache tomó su chaqueta y abandonó su cuarto. Suspiró, completamente enamorado de ese chico. ¿Por qué demonios estaba tan enamorado? Sólo había pasado un mes desde que vivía en ese pequeño pueblo, pero parecía mucho más grande cuando podía verlo a través de los ojos de alguien como Shim JaeYoon.

Cuando escuchó la puerta principal de su casa ser cerrada, se levantó y se miró al espejo. Se veía mucho más diferente; estaba feliz, lleno de dicha, sus ojos gritaban: estoy enamorado. Ya no era un niño atrapado en el cuerpo de un adulto; Jake le estaba devolviendo la adolescencia que su madre le había robado.

🔥 burning love · jakeseung 💘✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora