𝕸 Medusa. Quien diría que aquel apodo puesto por su madre terminaría siendo mucho más que eso.
Ella era hermosa, su voz era como si escucharas la mas bella melodía, su rostro angelical era una delicia para todo el que la viera, pero sus ojos, tan...
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Omniscente Pov.
(Mediados del año 990 d. C.)
-Es preciosa amiga, muchas felicidades a ti y a tu esposo Josh- hablo su mejor amiga, Esther Mikaelson a la recién llegada, Anabelle de la Cruz
-Muchas gracias Esther, tus hijos también son preciosos, mira que caballeros que son- le respondió la castaña con una sonrisa llena de ternura viendo hacia los jóvenes de dieciséis y doce años, Finn y Elijah, tratando de ayudar, con no mucha suerte, a su esposo con las pertenencias de su pequeña hija recién nacida, Adara, mientras que el pequeño Niklaus, se removía insistente entre los brazos de su madre
-Creo que Niklaus esta emocionado, desde que llegaron se ha puesto así- comentó de la nada la rubia a su amiga mientras ambas reían un poco por la situación
Mientras que Klaus no dejaba de moverse como si de un gusano se tratara entre los brazos de su madre totalmente inquieto e inconforme, la pequeña Adara dormía totalmente tranquila y cómoda entre los brazos de Anabelle, siendo admirada desde lejos por los hijos mayores de su 'madrina', quienes sin mas remedio, cayeron ante la belleza que desprendía aquella pequeña e indefensa bebé.
-Tal vez quiere hacerse amigo de mi pequeña pero como ella es solo de papá no le presta atención- hablo por primera vez el esposo de Anabelle, Josh de la Cruz viendo con una sonrisa divertida y cariñosa hacia su hija y su mujer, quien le dio un pequeño golpe en el brazo de forma divertida
-No empieces con tu actitud de padre sobre protector con mi pequeña Adara- le reprendió la mujer viendo las muecas divertidas de Esther, Finn y Elijah ante su 'discusión'
-Esta bien, esta bien, solo que no me fio de ese pequeño gusano- le contestó sonriente Josh escuchando las carcajadas de los dos hijos mayores de Esther y la sonrisa divertida de la misma
-Pues ese pequeño gusano algún día podría robarte a tu bebé- le respondió desafiante su esposa viendo como la mueca divertida que antes tenia su marido se borraba en menos de un segundo
-Eso jamás pasará- le dijo de forma seria pero algo infantil su marido, nunca le ganaba a su mujer en las 'discusiones' y por eso, más de una vez, su familia lo había calificado como un hombre blando e inútil, cosa que no afectaba mucho al muchacho, el sabía que era fuerte, por su esposa y su hija, lo era
-Tu que sabes- lo retó su esposa con una ceja alzada, quería saber hasta donde llegaría su marido
-Sé que prefiero a uno de estos dos fuertes, inteligentes y caballerosos muchachos antes que a ese gusano molesto y llorón como el futuro esposo de mi pequeña e inocente bebé- le dijo su esposo totalmente confiado señalando a unos Finn y Elijah completamente sonrojados y nerviosos
-Seria un gran honor para mi poder estar junto a su bella hija unidos en sagrado matrimonio señor de la Cruz- hablo completamente recto, seguro y sonrojado Finn, si, podría tener dieciséis años y ya ser bastante maduro, pero aquella bebé, estaba causando estragos dentro de el, y eso que apenas y habían llegado, no podía ni imaginar como seria aquella pequeña en cuanto empiece a crecer, si desde bebé ya lo dejaba mudo y completamente nervioso, como seria cuando sea ya mayor
-T-también para mi, su hija es como un ángel, y seria un total honor y placer para mi cuidar de ella señor- dijo el joven Elijah de apenas doce años con el rostro echo tomate, desde que sus ojos habían echo contacto con el pequeño y frágil cuerpo de Adara, su interior se retorcía, su voz apenas y salía, y si lo hacía, tartamudeaba; hasta llego a creer que no podía respirar bien o que estaba enfermo, pues un calor insoportable lo llenaba de solo estar cerca de la presencia de la recién nacida
-Lo vez querida, ellos son una mejor opción- le susurró en tono ganador el hombre a su mujer quien solo negó con una media sonrisa
La única que elegiría con quien estar seria su pequeña, y realmente dudaba mucho que alguno de esos dos muchachos fuera suficiente para ella, eran grandes chicos y tenían un futuro prometedor, eso lo sabía muy bien, pero su hija era única, especial, y creía ciegamente, que no habría un solo hombre para ella, algo que en esos tiempos, podría llegar a ser un problema, pero tal vez, y solo tal vez, haya una solución para eso.
