/ / ⿻ *₊˚꒰ 𝟎𝟎𝟎. 𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 . . .🔥
▬▬▬ 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜𝑢 𝑘𝑎𝑡𝑠𝑢𝑘𝑖
❝ Tragame tierra ❞
▬▬▬▬ (( 💥 )) ▬▬▬▬
donde . . . Grisha Todoroki está
dispuesto a todo, con tal de pro
barle a su padre que no es un...
❛ ¡Que asqueroso! ¡Creí que eras más inocente, Grisha! ❜
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Ahora Grisha comía helado mientras Bakugou simulaba no mirarlo con su cabeza apoyada en su mano en plena plazoleta de un centro comercial. El pelirrojo consumía un helado de cookies&cream, su favorito. Al final había aceptado ir con Katsuki al centro comercial, después de abordarlo en el almuerzo.
—¿Por qué eres tan reservado?
—¿Por qué siempre que estás conmigo solo haces preguntas sobre mí?
—Touché —admitió el chico.
—Cambiemos la metodología —afirmó Grisha—. Cuéntame de ti, Bakugou.
—Bakugou Katsuki, 16 años, estudiante de primer año en la escuela para héroes U.A., ¿Qué más?
—No sé —replicó el Todoroki—. Tal vez... ¿Por qué quieres ser un héroe? ¿O por qué eres tan... Agresivo con todos? O tal vez me puedes explicar un poco de tu quirk. No sé -alzó los hombros en señal de indiferencia.
—Bien... Quise convertirme en héroe porque siempre admiré a All Might -explicó el rubio-. ¡Soy agresivo porque quiero y puedo, fuego frío bastado! Y mi quirk se basa en mi sudor, es decir, mi sudor produce nitroglicerina, lo que genera las explosiones, o sea, entre más sudo, las explosiones son más fuertes y poderosas.
Bakugou casi se atraganta con su propia saliva: —¡Que asqueroso! ¡Creí que eras más inocente, Grisha! —exclamó. El pelirrojo rió suavemente, haciendo que Bakugou bajara la mirada por dos razones especiales: 1. No quería que viera sus mejillas color carmesí, 2. No iba a permitir que viera su sonrisa genuina—. Dame helado.
—Tiene mi saliva, es como si nos besaramos sin besarnos directamente.
—¿Se ve que me importa? -preguntó—. Quiero helado.
—Ve y compras otro.
—¡Dame helado, Maldito fuego frío!
Grisha abrió los ojos un poco, pasándole el cono de helado que ya no tenía demasiado. El rubio lo agarró, pasando suavemente su lengua por este aproximadamente dos veces. Luego se lo devolvió a Grisha, para después crear un silencio incómodo entre ambos. El pelirrojo no supo muy bien si debía seguir comiendo su helado, pero al final lo hizo. Pronto lo terminó, se levantó, dejó la servilleta sucia en la caneca más cercana y volver a su lugar. Ahora que el rubio no hablaba, Grisha supo que seguía con sueño después de no dormir nada el día anterior. Sacó su consola de su maleta, colocando Mario Kart.
