despertar

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Después de un pesado sueño pude abrir los ojos, no sabía que pasaba pero mi cuerpo estaba como pesado, me costaba mover algunas zonas como mis pies y las manos no las sentía mucho que digamos, los parpados me pesaban pero conseguí después de un buen rato que se quedaran abiertos, cuando mis pupilas ya hicieron su función empecé a distinguir cosas extrañas del lugar donde había despertado, estaba yo solo, las paredes pertenecían a un color blanco roto y llenas de historias por todos los años pasados, había una silla a mi lado y me di cuenta que alguien estaba allí descansando, y también como a la espera de algo muy importante, lleve mi mano hacia ella y observe que se trataba de Daniela, mi ex novia que últimamente estaba muy pendiente de todos mis pasos y quería quedar conmigo para hablar de aun no se el qué, pero la pregunta que más pasaba por mi cabeza era saber dónde estaba y que hacia yo allí.
Decidí dar unos golpecitos para despertar a Daniela y poder saber dónde estoy y que hago aquí con un tubo de suero pinchado en el brazo, en el momento que ella noto mi presencia despierta se sorprendió y con una enorme sonrisa salto de la silla y se tiro casi a mi dando gracias y no parando de besarme, yo flipando por aquello la agarre de los hombros y la mire como no paraba de llorar, pero, ¿Qué le ocurre?
-¿se puede saber qué pasa? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?
Ella llorosa, y algo extrañada me miro -¿no te acuerdas de nada?
-No, no me acuerdo, y no se aun ni donde estoy, ni por que
-Carlos, estas en el hospital ingresado, tuviste un accidente de coche hace una semana, has estado inconsciente desde entonces, tu familia, Ania, Jaime y yo hemos estado aquí contigo, cuidando de ti y esperando que despertaras-me doy cuenta de que empieza como a llorar y decido abrazarla, coloco mi mano en su nuca para que se apoye en mi hombro y se sienta como segura.
-¿tanto os he preocupado?- me lo afirma con la cabeza mientras sigue llorando abrazada a mí –pues perdona mi niña, no era mi intención, no me acuerdo que fue lo que ocurrió pero tu tranquila, no volverá a pasar, te quiero ¿entendido?
Observo que su cara cambia, aquel gesto de amor le ha gustado, sobresale una pequeña sonrisa que se cómo es posible que crezca más, llevo mis manos a su rostro y pego su frente a la mía, con los ojos cerrados y agarrando una gran bocanada de aire rozo sus labios con los míos y comienzo a besarla lentamente como cuando éramos novios y me despertaba a su lado los días que alguno de los dos se quedaba a dormir en casa del otro o como aquellos veranos juntos en la playa o de acampada.
Al abrir de nuevo los ojos vi la sonrisa más grande en ella reflejada y acercando sus labios a mi oído hizo que aquel momento cambiara por completo.
-Carlos, tengo que decirte algo, es muy importante y llevo un tiempo queriendo decírtelo a la cara-yo ya algo nervioso por lo que me tuviese que decir me acerco a ella y espero que continúe diciéndome aquello que con tanta ansia deseaba que yo me enterase.
-dime de que se trata
-Cariño, estoy embarazada de 4 meses, y…-hace una pausa muy larga y jugando sus dedos con las sabanas intenta soltar lo más importante de ese notición-es niño y es tuyo
Boquiabierto me quedo mirándola y poso mi mano en su vientre que aún no se nota mucho pero da su pequeña aparición.
-¿Estas segura de que es mío?
-Eres con el único que lo he hecho, asique o tu o el espíritu santo, y yo tu sabes que muy santa no soy.
Al oír esas palabras una pequeña sonrisa salió de mí, tengo 19 años, no sé si estoy soltero, y ahora me he enterado que mi única ex novia está embarazada y encima el niño es mío, ¿Qué queréis? Yo estoy feliz, voy a tener un bebe de la mujer que más he amado en toda mi vida, en ese instante en el que Daniela y yo andábamos en nuestro mundo apareció, por sorpresa, Ania junto a mis padres. Mi madre bastante emocionada salto a mis brazos dándome millones de besos y agradeciendo al señor que estuviera por fin despierto-no sé qué tiene que ver ese hombre aquí pero bueno, estoy por fin despierto gracias a  mí no a él, pero es un decir que jamás entenderé- mi padre estaba con su amplia sonrisa al ver a su querido hijo mediano por fin bien y bueno Ania con esa sonrisa que le hacía destacar más que los demás, pero ella es así, es mi mejor amiga por como es y por esa sonrisa, no sabéis todo lo que me produce verla cada día al llegar a clase.
Alguna vez al mirarla he pensado si en verdad de quien siempre he estado, y aun lo estoy, enamorado es de ella, pero no sé, es algo que pocas veces se puede saber si es realidad o solo un simple no correspondido tan doloroso como todos los que llegan en nuestra vida para encaminarnos al verdadero, que gran parte de las veces descubres que al que peor has tratado es al verdadero y acabas con uno no correspondido que al fin y al acabo jamás amaras como a la que despreciaste, pero ese es el destino y sus gustos por arreglar la vida de todos para compensar la felicidad y dar a todo el mundo lo que el gran sabio del futuro decida.
Mis padres y Daniela decidieron salir y dejarnos a Ania y a mí a solas.
-hola
-hola-sonreímos los dos como si hubiésemos estado años sin saber el uno del otro.
-¿Cómo te encuentras?-se sentó a mi lado en la cama.
-supongo que mejor, ¿tú sabes qué ocurrió? El porqué de que hago aquí
Ella mirando hacia el suelo hizo un gesto afirmativo, por fin sabría qué fue lo que me hizo que ahora mismo este atado a este tuvo de suero.
-no sé si decírtelo… ¿de verdad que no te acuerdas?
-si te he preguntado es por algo ¿no crees?
-cierto, bueno ¿por dónde empiezo?-pensando para sus adentros se acariciaba la barbilla como solía ella hacer, al instante me miro y con cara seria se ve que se acordó de todo lo ocurrido esa noche-¿de verdad quiere saberlo?-dándole mi aprobación a que me contara con pelos y señales todo lo que nadie sabe me miro a los ojos y comenzó su relato-¿recuerdas que fuiste para casa de tus padres porque Noemí estaba allí esperándote sola?-afirme con mi cabeza-pues al llegar allí encontraste a Noemí con tu hermano liándose en el salón.
Al escuchar esas últimas palabras mi corazón comenzó a ir más lento y mi respiración a fallar, mi vista se nublo y mi cabeza no se estuvo quieta durante todo el rato, ¿se puede saber porque Marcelo y Noemí me harían daño? Me caía hacia los lados y Ania me hablaba pero no podía oír lo que me decía, mi boca no la controlaba y mis parpados se cerraban poco a poco, ¿Qué me está pasando? Carlos, vamos reacciona que te pasa, de repente todo se volvió oscuridad y solo veía médicos a mi alrededor y sentía como mi corazón fallaba.
Todo estaba oscuro, pero yo solo veía a una persona, a mi chica, a mi amor eterno,…que…que…es…

un sueño para dos vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora