un sueño para dos vidas

¿que ocurre?

Volví del mismo sueño pesado ¿Qué paso esta vez? Solo recuerdo que Ania me contaba lo que ocurrió, pero no me acuerdo que fue lo que vi aquella noche, pero ahora tenía otra duda, que cojones tenía en el pecho y porque solo tenía puesto una bata y solo me tapaba de cintura para abajo, ¿se puede saber que ha pasado esta vez?, pero si solo recuerdo a ver visto a...
-Carlos, se ve que ya te has despertado, ¿Cómo te encuentras? ¿te duele el pecho? ¿Puedes respirar con normalidad?
-sí, de momento si, pero ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué es esto que me habéis puesto ahora?
-no te acuerdas de nada ¿verdad?-le negué con la cabeza mientras el apuntaba unas cosas en aquel papel-Carlos, antes de ayer sufriste una ansiedad severa y al quedarte con la tensión tan baja y sin respiración casi, te desmayaste, pero tranquilo, como estabas en la cama y se encontraba alguien contigo, no llegaste a caerte ni nada, aun así, te hemos colocado esto para que podamos saber cómo va tu corazón, no podemos fiarnos ahora mucho y por tu bien hemos decidido que esto es lo mejor.Mientras el médico apuntaba lo que la cajita esa decía de mi corazón, yo mientras me encontraba en un mar de dudas y pensamientos que solo me dejaban mas rayado de lo que estaba ya de por sí de solo pensar, ¿qué fue lo que me dijo Ania para que mi reacción fuese esa?
-Bueno Carlos, no podemos darte aun el alta ya que tu corazón se encuentra aun débil, y de momento hemos pensado que será mejor que estés solo estos días ya que no queremos que te vuelva a pasar algo igual o peor. Lo veo normal, corro peligro de quedarme aquí de por vida asique mejor será, bueno pero solo durante...¿Cuánto tiempo seria?
-oiga pero ¿se podría venir aunque sea alguien que yo elija?
-sí, pero que no sea la chica del otro día ya que ella fue la que al contarle no sé el que tu reaccionaste así. -de acuerdo, ¿puede venir entonces la muchacha que estaba conmigo cuando me desperté?
-sí, ahora le digo que pase.
Si no puedo enterarme de que paso esa noche, al menos quiero estar con la madre de mi hijo que por lo menos se que ella me va a cuidar y así voy entablando mas relación con ella ya que quiero que mi hijo al menos reconozca la voz de su padre.
-bueno Carlos yo me debo ir, no hagas tonterías y desconecta un poco, ahora después mando pasar a la chica que me has dicho.
-de acuerdo, muchísimas gracias.
Aunque la curiosidad me mataba tendré que pensar en mi salud ante todo que es lo más importante ahora mismo. Pasaron unas 2h y allí seguía solo, mi habitación no era la misma, ahora estaba más cerrada y la única luz procedía de una bombilla que se encontraba en plena forma y alumbraba como si fuese el mismo sol. Por desgracia, acabo de olvidar quien es la chica que vi antes del desmayo, no me acuerdo quien fue...solo sé que la quiero muchísimo y que ella es el amor de mi vida, pero ahora adivina quién puede ser vamos, bueno, prefiero pensar en que hare cuando salga de aquí, de momento solo quiero llegar a casa, y a mi cama, y bueno si puedo ir a entrenar muchísimo mejor, echo de menos a mi equipo y no sé si ellos a mí, mi entrenador siempre me dejó constancia de lo importante que soy para el equipo, asique supongo que si, a ver soy un gran futbolista, pero no del europeo ni del americano, si no del australiano, es un gran deporte que hay aquí en este país, yo en contreto vivo en Adelaide por mi equipo, Adelaide Crows. Si os digo la verdad, no soy australiano de sangre, mi madre es española y hace unos años a mi padre le ofrecieron que entrenase a otro de los equipos más fuertes de la AFL, que se trata de Geelong. Vivimos a unos 695 km, un poco lejos, la verdad, pero no acabamos acostumbrando y al final cuando juego contra él me hace gracia dedicarle los goles, la prensa luego me critica, pero qué más da, yo me lo paso como un niño de ver que en realidad mi padre está feliz de ver como triunfo en el deporte que ama.
Soy el único de mis hermanos que le apasiona tanto, mi hermana se encuentra por Alemania viviendo con su marido y mi hermano...mi hermano...¿Qué me pasa? ¿Por qué suena la caja esa tanto? No puedo ver, esta todo borroso y como doble, ¿Qué me está ocurriendo?
Llega Daniela en ese momento junto al médico, ella se lleva las manos a la boca y puedo distinguir como se le cae alguna lagrima, el médico llama a unas enfermeras,...
-Carlos no cierres los ojos, ¡hey mírame, vamos chico no te duermas!
Una enfermera me hace un masaje cardiaco mientras el médico me apunta a los ojos con una linterna, tengo sueño...demasiado...¿Qué ocurre? Cierro los ojos.
Cuando los abro veo que estoy en un campo, solo tengo la dichosa bata que me tapa de cintura para abajo, no hay nadie, pero, aparece una chica, viene hacia mí, me abraza y yo a ella, no sé quien es pero siento ese cosquilleo en el estomago y oigo ese susurro de mi cerebro que me pide que no la suelte, ella me mira y apoya su frente en la mía, me mira y yo decido acercar mis labios a los suyos, cuando nos unimos la abrazo más fuerte y cierro los ojos, ya que el amor es ciego y para mí siempre lo será. Suena como una canción y comienzo a mover los pies de un lado para otro como intentando que bailase conmigo, llevo una de mis manos a su nuca y nuestras lenguas bailan junto a nosotros, dándome más ganas de poseerla. Ella se va como cayendo al suelo y yo caigo con ella, de repente se hace como un atardecer a lo lejos y la chica se sienta encima mía, nos encontramos abrazados, la tengo encima mía con sus piernas entrelazadas en mis caderas, nos seguimos besando, y cuando me doy cuenta estamos completamente desnudos y ella esta jadeándome entre dientes, me fijo que es lo que la hace moverse tanto hacia mí y veo que mi pene esta dentro de ella y aprovecho para mover mis caderas al son de ella. Los dos nos unimos a un solo jadeo sin final, de fondo oigo Stay de Rihanna y siento como este es el momento más romántico que he tenido.
-Carlos, ¿estás ahí?- me llama el médico que sigue con la linterna apuntándome a los ojos y veo que al otro lado está la medica con un aparato para reanimación en las manos.
-¿Qué ha pasado?
-Que puede que ya no vuelvas a jugar nunca más.