Él lo sentía. Sus últimos minutos de vida, sus últimas respiraciones, sus últimos latidos.
En donde Chifuyu tiene la oportunidad de salvar a Baji, aunque eso signifique perderlo todo.
~ Puede contener spoilers del manga
~ Angst con final feliz
~ Ni...
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Chifuyu soltó un suspiro, ya cansado del panorama.
—Kazutora-kun, por favor...
El nombrado soltó una pequeña risa y lo apretó más contra él. Chifuyu también soltó una risa al escuchar el gruñido de insatisfacción que soltó Keisuke.
Han estado con el mismo panorama desde hace veinte minutos, Kazutora tratando de poner celoso a Keisuke y Chifuyu simplemente cansado de todo. Ya se estaba aburriendo, aunque no podía negar que le divertía la situación.
—Hey, Tora.
El nombrado miró a Keisuke con una ceja arqueada, ocultando patética e inútilmente su burlona sonrisa.
—Qué.
Keisuke le dio una sonrisa peligrosa, con todo y colmillos incluidos, pasando su lengua por el izquierdo. Sus ojos brillaban, un destello que hizo a Kazutora sentirse un poco desconfiado.
—Piensa rápido.
Lo siguiente que supo Kazutora es que ahora tenía encima un gato negro y Chifuyu había volado lejos de él con el empujón que le dio.
Kazutora se quejó y gruñó, incluso podían jurar que escucharon un pequeño sollozo salir de los labios del chico.
—¡Baji!
Chifuyu se tapó la boca con una mano para que Kazutora no escuchara su risa, a diferencia de Baji que no tuvo ni un poco de vergüenza en soltar sus risotadas, ganándose de paso unos insultos por parte de Hanemiya.
—No que te gustaban los gatos.
Chifuyu negó con la cabeza acercándose a Kazutora para verificar que estuviera bien, escuchando de fondo las risas de Keisuke.
Le dio palmaditas en la cabeza y pescó al gato que estaba sentado a los pies de Kazutora peinándose.
—Ya, voy a llevar a este bebé a su casita, ustedes dejen de bromear y empiecen a ordenar y limpiar.
—Sí, patrón.
Ambos hicieron un saludo militar. Hanemiya comenzando a limpiar y Keisuke caminando feliz detrás de Chifuyu.
El más bajo sintió la presencia del mayor, girándose con el gato en brazos, lo detuvo.
—No. Tú, ve a ordenar así nos vamos más rápido.
Baji comenzó a quejarse, refutando que Kazutora podía hacer todo por sí solo. Matsuno ignoró lo que dijo y ubicó una de sus manos en la cara del mayor, empujándolo.
—A ordenar.
Baji le lamió la mano, con una sonrisa de satisfacción en la cara, que rápidamente se convirtió en una de asco en el momento que Chifuyu comenzó a restregar su mano contra toda su cara.
