Amelia Pov.
Bajé mi mirada para ver de quién se trataba y para mi sorpresa era la fastidiosa e incompetente hija mimada del señor Marcus, dios este día no puede empeorar.
¡Ahg! ¡No te atravieses en mi maldito camino! -Exclamé molesta, después me agache para recoger mi mochila que había caído al suelo-
Al parecer alguien amaneció de malas -Habló con un tono tranquilo y totalmente irritante para después soltar una risita burlona tratando de molestar- Por cierto... ¿Qué haces fuera de clase? -Levanta una ceja examinando a la chica más alta-
Queti -Revisé que mis materiales estuvieran en orden y me levante recobrando mi postura acomodando mi camisa blanca-
¿Uhm..? -Frunció un poco el ceño tratando de entender a qué me refería con esa palabra-
Qué te importa -Me coloqué la mochila en la espalda para seguir con mi camino- Me has hecho perder mucho tiempo valioso... -Murmuré con molestia-
Uy, que chica más mala -Sonríe divertida posicionándose atrás de mí- ¿Qué pasaría si mi papá se enterase de que llegaste tarde al primer día de clases..? -Comentó con una voz malévola-
¿Quién dijo que llegué tarde? Sólo salí a tomar aire fresco, las clases son agobiantes... -Di un paso al frente para dejar distancia entre las dos- No te atrevas a amenazarme, te metes con alguien a quien no sabes enfrentar -No dejé que Samantha (cierto, ese es su maldito nombre) me respondiera, salí de ahí lo más pronto posible y me dirigí a mi salón-
Narrador
Amelia se encontraba en su aula de clases "prestando" atención, en realidad dibujaba garabatos para distraerse y que acabara más rápido la hora de clase, también miraba por la ventana, pensaba en si la sangre de los unicornios sería de colores o de algún tono en específico, hacía teorías conspirativas con ella misma e inventaba escenarios falsos donde se declaraba a alguien y todo salía mal, era extremadamente divertido, se le salían pequeñas risitas de vez en cuando llamando la atención de sus compañeros y de su profesora, se ganó algunos regaños pero nada grave. Observó su salón y vió a la parejita del curso manosearse, era asqueroso pero de alguna manera ella también quería algo como eso, quería tener otra vez a alguien a quien amar... Sacudió la cabeza ahuyentando esos pensamientos tontos y puso atención a una hermosa mariposa naranja con toques amarillos y negros, al parecer era una mariposa monarca que reposaba en una rama cerca de la ventana a la cual veía, dejó escapar un suspiro cansado, no era más de medio día pero Amelia estaba cansada de todo y apenas era el primer día.
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Es... ¿Es Posible Odiar Tanto A Una Persona?
Ficção AdolescenteProblemas y más problemas, quédate para leerla, te distraeras un rato