Capítulo II

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Nos reunimos en la casa de Erika, su papá no iba a estar por lo que teníamos la casa para nosotras todo el día. El plan era el siguiente:

✔Llegar a la casa de Erika

✔Desayunar

✔Salir de compras (Alejandra y Silvana vieron ropa que querían llevar a la fiesta)

✔Ir a la peluquería (Necesito cortarme el cabello)

✔Acompañar a Erika a hacerse una perforación en la nariz

✔Almorzar

✔Empezarnos a alistarnos para la fiesta

✔Salir

Así empezó mi día. Me despedí de mi madre y le pedí que me despidiera de mi padre (él estaba duchándose) pues no nos veríamos hasta el día siguiente. Tome el autobús y el nerviosismo tomaba más protagonismo en mi cuerpo y mente, era la primera vez que me vería con Cristopher fuera del colegio y, aunque la aprobación masculina me valía madres, por alguna razón quería verme bien.

Llegue a la casa de Erika, última como siempre y las chicas ya habían preparado el desayuno.

- Ya ni sé por qué nos sorprendemos que llegues tarde – dijo Alejandra mientras acomodaba los platos.

- ¡Bueeeenos días señoritas! – dije cerrando la puerta de la casa - ¿qué hicieron de desayuno? Huele riquísimo.

- A Silvi se le ocurrió que sería buena idea desayunar hamburguesas, Alejandra quería unas crepas y yo solo quería dormir, así que deje que ellas se encargaran – respondió Erika mientras se levantaba de su sillón, por su cara sabía que había dormido poco, de seguro tuvo pesadillas o simplemente no pudo dormir.

- Pues bien – le dije mientras le daba un abrazo – comamos lo que sea que hayan hecho.

- Hola, cariño – me dijo Silvi antes de sentarse en la mesa – creo que debemos pensar cuál es nuestro plan para la fiesta. Por primera vez en mucho tiempo vamos a estar con gente que nos conoce, así que... - dijo esto última con una cara entre coqueta y preocupada.

- Primero – habló Erika – Ale y Vicki no pueden emborracharse, no vamos a estar solo nosotras – solo pude sonreír al recordar la última reunión – Segundo, disfrutemos. Tal vez mañana me muera y sea la última vez que tengan el privilegio de una salida así – no hay un día en el que Erika no nos prepare para cuando decida morir.

- Hasta que eso pase – le interrumpió Alejandra – tienes que seguir tomando duchas – le dijo a Erika mientras hacía un gesto de mal olor. Aunque parezca malo siempre nos molestamos con eso, así que nos empezamos a reír.

La realidad es que todas sabemos que hay días en los que Erika está muy mal y lo que nos queda es escucharla y apoyarla, por lo menos hasta que consigamos una psicóloga gratuita y que no necesite de "permisos paternos" o hasta que lo peor pase... Un día intentamos pedir ayuda a la psicóloga del colegio, Silvana fue y le contó una historia inventada de una "prima" para ver cómo reaccionaba, lo que obtuvimos fue una charla frente a todo el colegio advirtiéndonos del sexo antes del matrimonio y que los profesores no dejen que Silvana se junte con ningún chico por dos meses. Desde allí supimos que si confiábamos la historia de Erika a esa señora las cosas iban a resultar peor.

La verdad es que somos 4 chicas de clase media con historias diferentes que nos hace únicas y que, aunque parezcamos independientes, seguimos necesitando el mismo cariño y atención que cualquier otra adolescente necesita.

- ¡Apúrense! – grité desde la puerta – tenemos dos horas menos para todo – ya estaba desesperada porque sabía que iba a tener que ir sola a la peluquería mientras las otras chicas iban a hacer sus cosas si no queríamos llegar tan tarde.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2021 ⏰

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