• • •「𝘊𝘰𝘯𝘧𝘦𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘋𝘦 𝘜𝘯𝘢 𝘕𝘰𝘤𝘩𝘦」• • ••| ⊱𝙹𝚎𝚘𝚗𝚐𝚂𝚊⊰ |•

Ahora o nunca

Cuarto capítulo

–Unnie..

–Dime.

–¿Puedo ir contigo?

–No. Eres mi invitada no puedes cocinar y no te voy a decir que voy a prepara.

–No es eso..

–Ajá...

Ahora o nunca Minatozaki Sana dile lo que sientes.

–Yoo...Jeongyeon ¿tú sabias que eres una persona especial para mí?—Dije conteniendo mis nervios

–Sí, pero ¿Por qué dices esas palabras?—Dijo en un sentido de duda hacia mis palabras.

–¿Como que por qué?

–¿Lo dices por qué no te dije que te iba a preparar?

–¿Eso que tiene que ver?

–Oye, si te interesa ya va a salir del microondas.

–Y ¿Qué es?-Dije con una sonrisa inocente, para evitar las palabras que iban a salir de mi boca.

–Cuando te lo llevé, sabrás.

–Oh, claro—Me sentía incomoda de cierta manera o tal vez avergonzada, desconozco el sentimiento, solamente quería escapar.

Lo que interrumpió mis pensamientos fue el sonido de aquél microondas, mis oídos se agudizaron por el miedo. Haciendo que se escuchara la puerta abierta por Jeongyeon.

Mi pensamiento solo iba a confesarme y eso era lo que quería, mi mente me repetía "Ahora o nunca Sana", se repetía y repetía.

–Sana—Esa era la voz de la mayor, con un chocolate caliente y unas galletas de paquete.

–Oh Jeongyeon, se ve rico.

–Tienes que probarlo, muchos me dicen que lo es.—Di un gran sorbo de aquel chocolate caliente.

Pero ella se quedó mirándome suavemente, se sentía una mirada de cautivo. Hasta que sus ojos se centran en mis labios.

Desconocía si era yo o si el ambiente era así pero solamente quería besarla y en mi mente sentía tensión.

Ella se acerca a mí y mi corazón empezó a palpitar como nunca, ese palpitar era tan fuerte que fácilmente podía ser oído.

Sin darme cuenta cerré mis ojos, hasta que sentí su dedo...¿Espera qué?.

–Lo siento, te habías manchado tu boca con chocolate.—Ella dio una sonrisa ingenua y yo no sabía como reaccionar.

–Oh, gracias.—Trate de decir con la mejor expresión del mundo.

–Oye..¿pensaste que te iba a besar?.—Dijo con demasiada curiosidad, teniendo una mirada algo calida y una leve sonrisa.

–¿Qué? ¿Por qué lo piensas?.—Se podía ver que su sonrisa se mantenía, pero mi nerviosismo no me deja verlo.

–Es que cerraste tus ojos...aparte tus labios trataban de juntarse.

–Y tú, ¿Por qué lo insinúas?, ¿Acaso pasó por tu mente?.—Su rostro se enrojecio.

–Y si te digo que sí ¿hay algo que vayas a hacer?