3. no hay vuelta atrás

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Jueves, 12 de octubre del 2028.

El sonido de un pitido inundó toda la habitación. Era hora de levantarse.

El chico extendió el brazo para apagar el despertador, se incorporó en la cama y miró para su lado izquierdo donde dormía su novia plácidamente. Ni se había inmutado ante aquel ruido. Samantha siempre había sido muy perezosa para levantarse, por lo que siempre tenía que levantarla Flavio, eso si, con mucho cuidado para que no se levantara de mal humor. Así que eso hizo, fue dándole besitos delicadamente por toda la cara y la chica comenzó a abrir los ojos.

Era bastante temprano, sobre las ocho de la mañana. Flavio entraba al colegio a las nueve igual que Hugo, por lo que en una hora tenía que darles tiempo a prepararse ellos y al niño. Samantha después de dejarlos a ellos en el colegio ella se iba al estudio o alguna reunión que tuviera con la discográfica. Normalmente no se quedaba mucho rato en la cama ya que sabía que tenía que ayudar a Flavio con el niño y con el desayuno, pero ese día su cuerpo le impedía levantarse.

- Buenos días, cariño. - dijo el chico después de darle un beso en los labios.

- Buenos días, amor.

Después de decir eso se dio media vuelta. Quería seguir durmiendo.

- Bueno, voy a levantar al niño, cuando vuelva aquí para vestirme quiero verte levantada, que si no llegamos tarde ¿vale? - la chica asintió y lo vio marcharse por la puerta con su pijama. Casi siempre iban los dos a levantarlo pero ese no era el día.

Flavio entró a la habitación de su hijo y se dirigió a la ventana, subió las persianas para dejar pasar la luz y abrió la ventana para ventilar.

Hugo no tardó mucho en levantarse, era bastante madrugador, en eso se parecía a su padre. Le sacó la ropa para que se vistiera y lo dejó solo mientras iba a ver como iba Samantha. No se sorprendió cuando vio como la chica seguía en la cama.

- Sam, venga, que llegamos tarde.

- Flavio te juro que he intentado levantarme, pero me he tenido que volver a tumbar porque me ha entrado un dolor de cabeza super fuerte y casi me desmayo. - ahí si que se sorprendió.

- Ey, bebé... - susurró acercándose a ella - ¿Te encuentras mal?

- Un poco.

- Me visto y voy a cogerte algo para que tomes.

- Vale, gracias.

Se vistió rápidamente y cuando se quiso dar cuenta Hugo, ya vestido, se dirigía a la cocina para ir a desayunar. Antes de ir a llevarle el medicamento a su novia le hizo el desayuno al niño, para que fuera comiendo algo. Mientras se dirigía a su habitación miró su reloj de muñeca. Iban justos de tiempo y menos mal que los tres se habían duchado anoche porque si no, ya llegarían tarde.

- Aquí tienes, cariño - esperó a que su chica se incorporara en la cama para entregarle una pastilla con un vaso de agua.

- Muchas gracias, bebé - el chico a sonrió y ella se tomó la pastilla sin problema. Al rato habló - ¿Qué tal se ha levantado Hugo?

- Pues perfectamente, ahora está desayunando y mi café se está haciendo.

- Lo siento, por no poder ayudarte.

- No pasa nada, bonita. Lo importante es que estés bien y que descanses, hoy me encargo yo de él.

- Gracias, la verdad es que hoy no me apetece nada salir y al estudio no es obligatorio que vaya.

Física o Química [Flamantha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora