4. gracias

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Viernes, 17 de noviembre de 2028.

- ¡Pero Flavio! - exclamó la rubia al otro lado de la línea cuando cogió el teléfono - En España es súper tarde, ¿qué haces despierto? que mañana trabajas y tienes que madrugar.

- Pues por verte a ti, cariño, ¿cómo voy a perderme algo qué es tan importante para ti? Ya que no puedo estar ahí, te veo en la tele.

Samantha se encontraba en Estados Unidos apunto de entrar a donde iban a ser los Premios Grammy Latinos. No estaba sola, Alba, su representante había viajado con ella hasta allí. La rubia se había sorprendido cuando vio una llamada entrante de su novio. En Estados Unidos eran casi las ocho de la tarde, pero en España eran las dos de la mañana, no se podía creer que Flavio estuviera despierto.

- Bebé, yo no creo que salga nada porque ni voy a actuar. ¿Te vas a tragar la gala entera para nada?

- Por supuesto, pero para nada no va a ser. No pienso perderme tu discursito cuando ganes.

- Flavio... - la chica se murió de ternura ahí mismo - No voy a ganar.

- Haré como que no he escuchado eso.

- Estás más tonto... - ella rio - A ver, seamos realistas, es súper complicado que gane, hay más gente nominada a mi categoría que se lo merece muchísimo.

- Pues como tú, cariño. Tú la que más.

- ¡Flavio para! ¡Que me sonrojo!

- Es la verdad.

- Bueno, gracias. - le dijo - Amor, te tengo que colgar. Ya me está diciendo Alba que vamos a entrar.

- Vale, cariño. Disfruta mucho y mucha suerte, aunque no la necesites. Te quiero.

- Gracias, bebé. Yo a ti más.

Se despidieron y colgaron. En ese momento Samantha deseó que el moreno estuviera ahí con ella. Con todo lo que le había dicho le entraron ganas de coger un vuelo directo a Madrid y plantarle un buen beso en los labios a su chico. Además, estaba muy nerviosa. Iba a conocer a mucha gente importante del panorama musical. Cantantes, productores, compositores... ahí iba a haber de todo.


El lugar era enorme. Había un montón de asientos y el escenario era súper grande. Acababan de abrir las puertas y el lugar ya estaba lleno de gente. Samantha no podía parar de observar todo lo que la rodeaba con una cara de sorpresa. Nunca había estado en un sitio tan grande.

Cuando se sentaron en sus asientos, la chica miró a su alrededor, había un montón de artistas que ella conocía a la perfección, pero no los saludó ni nada porque aparte de que no quería molestar, le daba vergüenza. Y en ese momento hubo algo que le llamó la atención.

De frente, no muy lejos de ella, había una mujer, cuya cara le resultaba conocida pero no se acordaba de su nombre y estaba con dos niños, uno más pequeño que el otro, y con un chico que parecía ser su pareja. Se puso un poco triste porque ella podría haber venido con su hijo y su novio, pero sabía que no podía ser. Y también no pudo evitar sonreír al acordarse que ella en unos meses podría estar así, con Flavio y con dos niños. O con un niño y una niña.

Viendo aquella imagen, por su cabeza pasó aquel momento, cuando le dijeron a Hugo que tendría un hermano o hermano.

- Sam, creo debemos decírselo ya a Hugo - dijo Flavio un día de finales de octubre.

Física o Química [Flamantha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora