El taxista/Tomtord.

Capitulo 3.

Él me invitó a tomar en su casa, yo acepté y lo llevé hasta su casa.
La casa seguía igual de limpia y cuidada pero al entrar era mucho mejor.

Entré a su casa y atrás de mí estaba Tord, el cerró la puerta y me guío a su cocina, yo lo seguí y me senté en una de las sillas de banquito.

—Y...¿Cómo te va en el trabajo?— Me preguntó él mientras se servía una copa de tequila.

—Pues no tan bien, pero ahí la llevo—

—¿Quieres?—Me ofreció una botella con una etiqueta que decía "Smirnoff".

—.. Sí, no creo que haga daño— Sonreí aceptando la botella y agarrándola.

No era aburrido platicar con él, era un buen acompañante al escuchar, no sé realmente el porque rápidamente se ganó mi confianza, pero no importa.

—Un día mi esposa me gritó que me odia— susurré, seguido de darle un trago a la botella.

—¿Por qué?— Preguntó el tomando un shot de whisky.

El alcohol iba corriendo rápidamente por mis venas, me sentía relajado, ya saben, las maravillas del alcohol.
Aunque sé que..Todo es un falso alivio y mañana todo será igual, sintiéndome mierda como siempre.

—Bueno, no lo negaré pero últimamente he trabajado mucho y..No le puedo tomar atención a mi esposa como antes, sé que es difícil para ella pero yo también la tengo difícil...—

Me empezaba a enojar, ya llevaba más de cinco botellas de aquella bebida alcohólica y me dejaba llevar por mis emociones.
Tord también se veía borracho y ambos hablábamos como si estuvieramos medio dormidos pero ambos sabíamos que no era así.

—Entonces...—Empezó aquel Tord borracho— ¿Que dices si tú y yo olvidamos a nuestras parejas por una noche?— Me sonrió y aunque yo estuviera borracho esa propuesta me sorprendió.

No sabía realmente si era el alcohol el que inducía a darle como respuesta un 'Sí' pero no me podía negar, por lo menos, el yo borracho no se podía negar.

Después se un corto silencio, respondí.

—...Me encantaría— Le sonreí.

Él se levantó de su lugar, se iba acercando a mí y yo solo lo veía venir.

Se sentó sobre mi regazo y colocó sus brazos sobre mis hombros, no pude resistir más y lo besé.

Lo besé con tanta prisa como no lo hacía antes, me sentía como un hombre en el desierto sin agua que beber, tan desesperado que incluso a mí me sorprendía.
Sabía que lo que hacía estaba mal, sabía que tenía una esposa, peor eso no importaba, por lo menos no ahora.

—hmm— De aquel beso salían cortos gemidos, ahogados por aquel beso, escucharlo de otro hombre me debería de dar asco pero simplemente solo me incitaron a continuar. Él llevaba puesto una bata que anteriormente se había puesto, empecé a meter las manos debajo de ella y acariciar aquellos muslos, eran suaves, parecía que había hecho ejercicio por lo firmes que eran.

—... R-Realmente..— Jadeando quise preguntar— ¿Quieres hacer esto?— Lo aparte un poco poniendo mis manos en sus hombros, frenando aquel beso que me empezaba a gustar.

—S-Sí ¿Si no quisiera no crees que ya te habría frenado?— Me sonrió, burlándose de mí para después abalanzarse y volvernos a besar.

Él estaba sobre mí, agarrándome la cara para que yo lo mirase, así nos quedamos mirándonos el uno al otro por un corto lapso de tiempo que sentimos como si fueran años, aunque realmente ni en minutos se convertían.

—Jaja, eres muy salvaje— Se rió.

—Y tú muy desesperado— Y así ambos reímos — Pero ¿Vamos a continuar o no?—

Si pones tiempo para apreciar y observar lenta y detalladamente las cosas, realmente te darías cuenta de cosas que no notaste antes.

Así me sentía yo, observando el rostro de este chico, piel pálida, ojos color carmín, el cabello todo enredado por lo anterior....

Sin duda me excitaba.

¿A cuánto llegaremos?

Con más fuerza lo atraje hacia mi, agarrándolo de los muslos fuertemente y de vez en cuando aparentando sus glúteos.

—Ught— Se quejó.

—Entonces...¿Tu ya sabes los que sigue? Digo, no tengo experiencia con hombres así que..— Estaba un poco avergonzado por preguntar en medio de esto, pero no me quedaba de otra, todavía me confundía el hecho de...Hacerlo por otro lado.

—Tú... Depende ¿Quieres ser el de arriba o el de abajo?— Preguntó sujetando mis manos a los lados de mi cabeza, me miraba seriamente y yo solo podía sonreír.

— Yo, seré el de arriba— Y con la fuerza que tenía retenida, lo volteé y acorrale sobre aquel suelo, él cayó al suelo con un "woo" y se pego.

—Ee, casí me matas ¡Me pude haber golpeado en la cabeza!—

—Lo siento— Es lo único que pude decir.

Yo me encontraba entre sus dos piernas,  poniéndome en la clásica pose. Tord me miró y me agarró la mano, luego metió sus dedos a su boca.

—¡Ey!— Exclamé sorprendido, pero al ver su rostro y sus gestos al chupar mis dedos me hacían tener aquellas sensaciones que hace mucho no sentí. Sentí mi rostro enrojecer.

—Entonces...— Tord sacó los dedos chupados, me miró con un poco de vergüenza que pronto se le quitó y me miró directamente a los ojos — Para que no me duela y sea más fácil, ya sabes que, eh..—

—Dejame adivinar..¿T-te los—

—¡Sí!— me interrumpió.

Cuando empecé a estimularlo, sentía su interior apretándome, absorviéndome.

Aquella gran casa en la que ahora nadie estaba, se escuchaban aquellos ruidos lujuriosos que chocaban entre las paredes produciendo eco.

—hmm.. Ah..—  Se escuchaban los gemidos de aquel chico que conocí, es increíble como apenas hace dos días lo conocí y ya estábamos aquí.

Ni lento ni perezoso empecé con las embestidas, embestía aquel esbelto cuerpo agarrándolo de las caderas para profundizar cada envestida.
No hace falta decir que se sentía maravilloso, me sentía por fin aliviado.

El choque de nuestras pieles retumbaban, uniendo nuestras pieles solamente por lujuria y alcohol más que por amor y razón.

Puede que está sea solo una noche y nada más, puede igual que nosotros seamos incluso algo más.

Aunque sea borrachos.

Realmente aquellos detalles eran un poco íntimos, pero si podría asegurarte que le besé hasta la sombra.

Y un poco más....