Dentro De Ti (MewGulf)

|Capítulo 01|

Gulf se encontraba muy nervioso esa mañana, no dejaba de mover sus pies de arriba abajo y sus manos seguían temblando sin parar desde que colocó un pie en este sitio. A su costado una pareja se susurraban palabras de amor mutuo que por un instante llegó hasta sentir envidia de tan íntimo momento. Con fuerza, apretó la tela de su pantalon hasta que sus nudillos se volvieron blanco por la presión, estaba solo, no había nadie a su lado que le dijera que todo estaria bien. Tenía el deseo de salir corriendo y que nada de esto fuera real. Pero no podía hacerlo, debía de ser fuerte, no solo por él, sino porque alguien más lo necesitaba. Echo su cabeza hacia atrás, cuando las primeras lágrimas comenzaron a caer una por una una, y en sus labios se forma una sonrisa quebrada, de esas que te rompen el alma de solo precenciarla.

Trato de ahogar su llanto llevándose una mano a la boca, sintió sus ojos arder y ese dolor punzante en el pecho. Su cuerpo perdía fuerza y se dejó caer lentamente hasta el respaldo de la silla, reprimía sus ganas de llorar, el sufrimiento que sentía por él. Como un niño que llora por el amor de sus padres, él lloraba por las migajas de amor que apenas conservada para sí mismo. Llorar por su ausencia había sido una "cruz" muy pesada para llevarla más que sobre sus hombros, dentro de su corazón.

Le fue inevitable no sumergirse en el recuerdo de su gran amor, el cual siguia grabado en su piel y alma.

─ ¿Mew, que te gusta de mí? ─ le preguntó con sus mejillas sonrosadas por el clima tan cálido de esta mañana.

─ ¿Y si te digo que todo?

─ ¡Ya! Mew, dime la verdad ─ se quejó haciendo un ligero puchero.

Mew se acercó a él, contempló su rostro un momento antes de dejar un dulce besos sobre sus labios.

─ Cada parte de tu cuerpo y alma que pueda besar. Y ahora sabrás lo que me gusta de ti.

Y lo beso por completo, entregándose a él como siempre lo hacía...

─ ¿Gulf Kanawut?

La voz de la chica lo trajo a la realidad de un sopeton. Rápidamente limpio sus mejillas con rastros de lágrimas que parecían no querer detenerse. Podía sentir las miradas de las personas, unas con penas y otras con curiosidad, que las ganas de salir huyendo se volvió una necesidad.

─ Si, soy yo ─ rápidamente se levantó de la silla.

─ El doctor Pirapat lo atenderá enseguida, sigame por favor.

El nudo en su garganta cada vez se hacia más fuerte con cada paso que daba hacia la puerta blanca. Sostuvo con fuerza el pequeño bolso que llevaba consigo, buscando una manera de aferrarse a lo que fuera para no decaer allí mismo. Ella tocó un par de veces la puerta, la voz gruesa y masculina de un hombre le indico que era apropiado entrar. Veía como la perilla era girada tan lento como si detrás de esa puerta hubiera una sorpresa que cualquiera estuviera ansioso de descubrir, pero que a Gulf le daba escalofríos y un dolor en la sien.

─ Bienvenido señor Kanawut.

El doctor le indico que tomara asiento frente a su escritorio en la silla de forro de piel y respaldo cómodo, mirando la placa de metal sobre frente a él con el nombre de "Dr. Pirapat". A pasos lentos lo hizo, dejando su bolso gris sobre sus piernas, observando el lugar que un mes atras no imagino visitar ni en un millón de años. No en esta situación.

─ Aquí están los análisis doctor.

─ Gracias enfermera, ahora puede retirarse si necesito algo la llamaré.

─ Está bien doctor, con permiso.

La chica se dio la vuelta, Gulf la siguió con la mirada hasta verla desaparecer. Hasta que su sombra no representaba peligro alguno y su mirada lo dejo de incomodar, fue hasta ese entonces que logró sentirse cómodo y relajado.