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Cassie me dijo que no se iría de mi lado, pero lo hizo de todos modos.
No es que realmente me importe. Mientras se desarrollaba la fiesta en la sala de estar, quiso ir a la cocina a organizar la comida. Durante casi cinco horas, me senté en el mostrador, bebiendo de una botella de alcohol y mirándola hacer precisamente eso. Luego Sid entró en algún momento, por lo que Cassie y él terminaron yendo juntos a algún lugar.
Hurgué en la pila de zapatos junto a la puerta principal, buscando mis zapatos. Abigail Stock, la elegante chica de la escuela privada en cuya casa estábamos, nos había hecho quitarnos los zapatos antes de entrar en la sala de estar. Aparentemente, su "mamá" acababa de importar la alfombra de Irán, por lo que no se permitían zapatos. Pero como parecía que quería salir a fumar, como otra regla de Abigail era no fumar en la casa, tuve que encontrar mis zapatos.
Finalmente los encontré debajo de un par de zapatillas viejas y sucias. Me los puse y me dirigí hacia la puerta principal, sin darme cuenta en ese momento de que Tony Stonem me estaba siguiendo. Solo me di cuenta cuando traté de cerrar la puerta después de salir y la cerré de golpe.
"Joder," maldijo de dolor, tirando de su brazo fuera de la puerta.
"Santo infierno, no te vi, lo siento mucho", me disculpo. En un ataque de pánico, pensando que le había roto el brazo a Tony Stonem, lo agarré por la muñeca y comencé a examinar su antebrazo.
Me miró con una sonrisa mientras yo pasaba mis dedos suavemente por su piel. "No está roto, si eso es lo que te estás preguntando. Pero si quieres tocarme más, adelante. No me quejo".
Dejé caer su muñeca y rodé mis ojos.
Busqué en el bolsillo de mi chaqueta y saqué un paquete de cigarrillos. Cogí uno y me lo llevé a los labios. Rebusqué en mi otro bolsillo, buscando un encendedor, pero parecía que no podía encontrar uno. Escuché el chisporroteo de un encendedor y miré para ver a Tony ofreciéndome uno. Como no tenía otra opción, me incliné y dejé que me encendiera la punta de mi cigarrillo. Me miró mientras daba una calada y expulsaba el humo al aire frío, mientras yo observaba que el sol comenzaba a salir lentamente en la distancia. No me había dado cuenta de cuánto tiempo había estado aquí hasta ahora.
"¿Cómo es que nunca te he visto en Roundview?" Pregunta, refiriéndose a su universidad.
No lo miro cuando hablo. "Porque yo no voy a Roundview".
"No te gusto, ¿verdad?"
"No."
"Bueno, eso es decepcionante".
"Bueno, acostúmbrate a la decepción, amigo."
Ninguno de los dos hablamos hasta que le pregunto: "¿No está tu novia adentro?"
