Capítulo 21

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Un secreto poco compartido entre la familia Vongola era la particularidad del guardián del cielo de hacer sentir mejor a otros. No solo en el aspecto emocional, sino también el físico. El secreto, por supuesto, era solo en familia y se originó gracias a un niño curioso y con malestar.

-... molestar a papá... - Lloriqueo un niño con lágrimas de cocodrilo, sin consuelo alguno.

- No lo molestaste Lambo. - Repitió por quien sabe cuanta vez Bianchi. Esto había sido dicho por múltiples personas a este punto. - Solo estaba preocupado, muy preocupado. Y aterrado, eso que hiciste fue muy peligroso Lambo.

Recordarle eso fue un error, porque lloro con más fuerza si era posible. Tenía razón de ser, Tsuna jamás le había gritado. En realidad, Tsuna jamás le había gritado a nadie hasta ahora. Había sido un shock, y aunque a cambio le había gritado a él por hacerle eso a Lambo, nada cambiaba que eso no fuera ira.

Había sido terror. Terror puro y condensado.

Lambo solo había tenido la mala suerte de ser el primer receptor de eso. Y ahora no tenía consuelo alguno, creyendo que había molestado a papá y ahora ya no lo quería y todo lo malo que un niño de 5 años se pudiera imaginar.

Quizás no fue una buena idea sacar a Tsuna de allí, en especial luego de una pequeña pelea casi a gritos. Lambo no fue el único que recibió tal corrientazo, y lo peor era que lo más seguro era que Tsuna no se acordaría del todo porque fue cosa de momento. O al menos no sabría decir que lo poseyó a decir tales cosas. Todo lo que debió de haber estado pasando por su cabeza era lo cerca que estuvieron los niños de morir.

Ahora Tsuna debía de estar avergonzado y preocupado por el estallido que ni él mismo vio venir. La verdad...

- Ahora que lo pienso, se me hace raro que Tsuna no haya estallado antes. - Esto de viajar al futuro y verse con la alta posibilidad de que todos podían morir y eso... Tsuna era el único que no andaba de toquecito, por decirlo de alguna manera.

- ¿Realmente crees que este es el momento? - La chica señaló al pasillo por donde Lambo se había escapado llorando ríos.

- No te preocupes, Tsuna ya lo arreglara. - Lambo no quería nada de nadie más. - Es el niño consentido de papá después de todo.

Ante esto nadie podía decir nada. Era completamente cierto. La pregunta era, ¿quién buscaría al otro primero?, ojalá y fuera antes de que algo terrible pasara. Otra vez.

Inadvertidamente para ellos, Tsuna había entrado en una pequeña crisis similar a Lambo. Sin las lágrimas de cocodrilo, y sin compañía. No, sino en la elección de desaparecer para meterse en un rincón a pasar su momento de vergüenza, pánico, y más sentimientos negativos, sin querer molestar a nadie o tener una repetición. Tsuna estaba bastante seguro de que si llegaba a ver una repetición lo iban a matar. Honestamente hubiera preferido eso a lo que pasó, y con Lambo de todas las personas habidas y por haber...

Al menos cualquiera de los otros lo hubiera noqueado, cacheteado, algo, lo que sea. No es que eso hubiera ayudado mucho, pero tal vez lo hubiera ayudado a volver a la tierra. Ya nada iba a ser igual, nada iba a ser igual, no después de esto.

No iban a dejar de hablarle, no podían. Aun. ¿Luego?, luego era posible que se acabará la amistad de algunos. Como las chicas, especialmente Haru. No iban a perdonarle haber perdido los estribos, especialmente con Lambo. Los chicos no lo iban a mirar igual, cuidado y si no cuidaban lo que decían con él a partir de ahora. Al menos Gokudera ya no lo vería como su Juudaime perfecto, lo cual no sabía si era bueno o malo ahora.

Jumping Through TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora