El fin

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_ Y aunque he de quedarme en el encierro de nadie, por tiempo dubitativo, porque así he de tener apetencia en el día consecuente, he de entender que en mi vida lo único que poseo es la nulidad, si, y aunque esto solo fuera una falacia, prefiero morir en ella, como una falacia aseverante, que como una aseverante falacia.... Y si esto contiene alguna incoherencia que alguien me diga, actualmente ¿hay algo totalmente coherente o verídico en esta esfera de agua y tierra?

_ Noveria escupe el chicle de fresa que llevaba horas jugueteando en su boca, el cual ya había perdido su gustillo y a demás ya le dolía la mandíbula, en ese mismo instante, al escupir, sintió como si de su saliva saliera todo, y luego... como si se quedase solo con la nulidad, el chicle que había jugueteado por cada uno de sus dientes, y... la cuerda firmemente apretada alrededor de su cuello la llevo a la nada, y progresivamente... a todo.

_ Y cuando vuelva, dentro de cincuenta años o un día, me haré recordar ¿Seguirá siendo mi nombre Noveria? O... seré, pero, no Noveria ¡Oh Noveria te ha matado la nada!

_Se limita a tan solo atisbar su desgraciado cuerpo colgado, además... ¿Qué podía hacer?, el cometido ya estaba hecho y en lugar en el que estaba nadie la encontraría para si quiera velar el cuerpo.

_ ¿Me iré al infierno? _ Se pregunta Noveria y con una ligera risilla contempla al final de un pasillo pequeño raramente arreglado, de tras de una puerta de madera hecha con abedul y tallada a mano, la luz...

_ ¿Sera esa la luz? ¿La luz al final del cliché? ¿Las luces de las insaciables llamas? O... ¿La luz del día tal vez?, al parecer eso es el todo que poseo ahora y que de nuevo no poseeré...

_ Se da cuenta que lo único seguro estaba frente a sus ojos, exactamente de tras de esa puerta, ¿Se encontraría con la nulidad o con el todo?, mentalmente esto repreguntaba, sus piernas sin darse cuenta ya estaban avanzando hacia aquella puerta de abedul, y al cruzarla, solo se limita a cerrar sus ojos.

Noveria SallowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora