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Su pequeño viaje había acabado, y con esto tenían que regresar a las infernales clases, Soobin había decidido llegar temprano, había preparado galletas para Yeonjun y los demás, era su símbolo de agradecerles por pasar el fin de semana juntos, estaba en la cancha de la escuela, esperando a sus amigos.
-así que te fuiste con MI novio de viaje- Yiren había aparecido, y no solo ella, traía a 2 personas más.
Soobin intento correr pero uno de los hombres que venía con ella lo atrapó y lo empujó hacia al suelo, el menor solo podía llorar, todo había pasado muy rápido.
-Tú y Yeonjun ya no salen, el corto contigo por que eres un asco de persona- Soobin se sorprendió de las agallas que agarro para contestarle a la arpía enfrente suyo, aunque no tardó mucho porque empezó a sentir calor en su mejilla, le había dado una cachetada.
Intento pararse, pero en el viaje se había lastimado el tobillo por correr y no ver el hueco del campo, los dos hombres le ganaban en altura y fuerza, si no tuviera su tonto tobillo lastimado podría pelear, estaba indefenso, intento gritar pero uno de ellos tenía su mano en su boca y solo lograba patalear, lo estaban llevando a una bodega que no sabía que existía, temía lo peor.
-Ya que andas de muy maricon, te traje dos regalitos, para que veas que tan buena soy- Yiren se fue, dejando atrás toda la culpabilidad que tendría después.
Yeonjun ya había llegado, según Soobin ya estaba acá, anoche le había mandando un mensaje que llegaría más temprano y que no lo pasara a buscar, pero no lo encontraba, este lo fue a buscar a las canchas pero no encontró a nadie, se extrañó y a la vez se preocupó, el menor le había mandando en la mañana un mensaje que ya había llegado y que estaba en el patio.
Yeonjun fue a buscar a los demás, pero solo consiguió a 5 personas más desesperadas por encontrarlo; fueron de nuevo a la cancha y encontró una caja de galletas tiradas en el césped, rápidamente checo la caja, cada galleta tenía el nombre de sus amigos, significaba que Soobin las había hecho, aparte que su letra era fácil de reconocer.
Yiren venía de regreso peor logró ver a Yeonjun, y por supuesto que el a ella, intento actuar normal y desinteresada, pero en el fondo el instinto de Yeonjun decía que ella sabía algo.
-¿DÓNDE ESTÁ?- no les mentiré Yiren se había asustado, nunca había visto a Yeonjun así, el rubio estaba enfurecido, sentía que sus venas iban a explotar en cualquier momento.
Los demás se acercaron al escuchar el grito de Yeonjun.
-decidí dejarle dos regalitos por san Valentín, lo debe estar pasando genial- el orgullo valía más, Yiren intento soñar desinteresada aunque estaba hecha un manojo de nervios, Yeonjun estaba enojado, no pensaba con sus dos neuronas, agarro del brazo a Yiren y la obligó a voltear, no le importaba si la lastimaba.
