Cambio de planes

Prólogo

Miraba de el reloj de mi muñeca cada cierto tiempo viendo como corrían los minutos lentamente, estaba en el ultimo periodo de clases un día viernes, lo único que anhelaba era salir de aquí y no seguir escuchando al profesor de literatura. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no percibí cuando el Sr. Dawson se paro a mi lado y miro mi cuaderno con apenas la fecha y el titulo de la clase.

- Señorita Smith, se puede saber ¿Qué ha hecho en toda mi clase?- Pregunto con un tono que atrajo la mirada de todos mis compañeros.

- Yo... solo estaba un poco distraída- Conteste bajando la cabeza mirando mis manos que ahora se encontraban en mi regazo.

- Espero que no se distraiga al entregar el reporte que le enviare a sus padres, que debe venir firmado por uno de ellos- Dijo con un al decir lo primero. Apenas dijo eso abrí mis ojos en sorpresa, como si de una broma se tratase.

- ¿¡Es una broma!?- Se supone que eso lo diría solo en mis pensamientos. Mal ahí Isa.

- Lo lamento por usted pero no es una broma, debe venir firmado para el lunes, sino despídase de sus entrenamientos durante el verano Señorita Smith- Eso ya es abuso de poder, solo por no escribir una clase.

- Si no hay de otra- Dije haciendo señal de rendición con las manos.

Antes de que el Sr. Dawson me respondiera, sonó el timbre dando fin a la condenada clase.

-Nos vemos el lunes a primera hora Señorita Smith, no olvide el reporte firmado- Finalizo dándome la hoja del reporte. Solo le hice una señal de adiós y me fui del establecimiento.

Al llegar al estacionamiento me encontré con Leah, mi mejor amiga y mi conductora designada hasta que saque mi licencia de conducir. Al verme me saludo con la mano y nos subimos a su auto. Hablamos de muchas cosas, nos reímos y cantábamos las canciones que salían en la playlist. Leah es una chica muy linda, tiene los ojos café almendrado, su cabello era castaño pero se lo pinto negro y tiene algunas mechas rojas, es de tez blanca y ni tan alta ni tampoco muy baja, es mas alta que yo. Ambas jugamos en el equipo de futbol femenino de la preparatoria, este es nuestro ultimo año pero en el verano siguen los entrenamientos para ir al campeonato que es casi al final de las vacaciones.

Llegamos a mi casa y ambas nos bajamos del auto, entramos y como no había nadie nos fuimos a preparar almuerzo.

- El Sr. Dawson me odia- Dije mientras cortaba la cebolla y Leah cortaba tomates.

- Ahora que hizo el viejo ese- Pregunto mientras le daba un mordisco a la zanahoria.

- ¡Ey! es para la comida- le regañe entre risas- me envió un reporte que debe firmar uno de mis padres por que me distraje y no escribí en su clase.

- Viejo exagerado- murmuro Leah- Bueno, si quieres te acompaño, aprovechando que me quedare a dormir.

- Gracias pero no es algo tan grave, a cualquiera le pasa, solo que el Sr. Dawson exagera- dije tirando todo lo que cortamos a un sartén.

- Bueno, como quieras- Dijo sacando una olla de un mueble- ¿Cuánto se demoran los tallarines?

- 15 minutos a fuego bajo pero si hervimos el agua primero se demoran 10, así que prende el hervidor mientras esperamos que la salsa se haga- Murmure lo suficientemente alto para que Leah escuchara.

- A la orden chef- dijo haciendo un saludo militar para luego irse a hacer lo que le dije.

Después de un rato comimos y fuimos a ver Netflix, no sin antes ponernos nuestros pijamas y poner picadillos al centro de mi cama.

Luego de un par de horas llegaron mis padres y les mostré el reporte, al principio me regañaron pero al dejarles en claro que era una simple exageración quede impune, solo me dieron una pequeña advertencia de no distraerme en la ultima semana de clases. Les prometí que no volverían a enviarme reportes y cenamos tranquilamente tirando bromas entre mis padres y Leah, después de lavar los platos nos fuimos a sentar un rato en la sala a seguir charlando, en eso me dieron una gran noticia... mas tarde nos fuimos a acostar. De Leah no volví a saber porque me dormí en cuestión de segundos.