13 de Septiembre del 2008
-No te preocupes, cariño. Yo te volveré a buscar, no sería la primera vez, ten por seguro que hallaré la forma de volver a ti.- Fue la frase con la que el amor de mi vida dejó su último respiro.
09 de Abril del 2005
La gente mayor suele decir que sentirse sin rumbo es una conducta típica de los jóvenes hoy en día, dan la culpa a la tecnología, facilidades y comodidades que se nos prestan, para ellos no significa más que una falta de carácter y orientación.
Pero yo realmente he perdido algo, no tengo la menor idea de cuando ni como, mucho menos de qué se trata, pero sé que lo he perdido y desde entonces me encuentro en un estado de neutralidad aterradora. No me importa ni quién soy ni para dónde voy. La vida sigue su curso tan solo porque tampoco tengo el interés de que deje de hacerlo. Esto es asfixiante.
Me mantuve tanto tiempo bajo la penumbra de este sentimiento que me acostumbré. Hasta el día de hoy; esta mañana, tan de repente, pareciera haber encontrado todas las respuestas y estaban justo ante mis ojos, disfrazadas de un apuesto joven en el que café al que solía ir todos los días.
Todo había cambiado. Esa pesada sensación tan pronto que lo vi, se volvió un alivio inexplicable; era como si lo conociera de toda la vida y lo hubiera estado esperando con ansias ¿Cómo podía un completo desconocido otorgarme tanta paz? No es posible. Traté de entrar en razón y me aleje de ese lugar, estaba confundida y creaba ideas que repruebo; sentía que mi corazón podría explotar.
Nunca he creído en el destino, el amor a primera vista, las almas gemelas, ni ninguno de esos inventos de novela romántica o más bien cuento de fantasía. Quizá esta sensación fue producida simplemente porque el tipo era realmente atractivo y no estaba acostumbrada a ver personas así con frecuencia; en realidad no prestaba atención en la gente con la que me cruzaba, pero puedo asegurar que a él no lo había visto antes.
Decidí continuar mi camino hacia mi trabajo y mi día continuó tan ordinario como siempre, lleno de pendientes y ocupaciones; había poco espacio para que mi mente vagara. Sin embargo, cada que traté de despejarme de lo que hacía, su imagen invadió mis pensamientos, una y otra vez él, me perdía en su brillante sonrisa -¿Cómo puede verse alguien tan radiante a las 6:30am?- Comenzaba a arrepentirme, pues, no habría perdido nada de intentar acercarme, además de que él también me vio, estoy segura.
Al día siguiente salí de casa rumbo al café engañándome a mí misma, fingiendo que no esperaba volver a encontrarlo en ese lugar y para mi desgracia, así fue, no estaba ahí. Compré mi bebida y salí llena de decepción y con la idea de que no volvería a verlo nunca, cuando de repente percibí un aroma; era tan dulce y agradable que logró sacarme de mi reflexión, ese olor me había devuelto la tranquilidad que había experimentado el día anterior. Él estaba ahí. Justo frente a mis ojos se había parado aquel hombre alto de cabello oscuro y exquisito perfume. No parecía ser real lo que estaba pasando.
-Señorita, disculpe el atrevimiento pero ¿Nos conocemos?- Me preguntó. -El día de ayer la vi pero no tuve la oportunidad de preguntarle y su rostro me pareció tan familiar que decidí volver el día de hoy con la esperanza de encontrarla.-
-Me temo que no, caballero. Creo que si fuera el caso no me olvidaría tan fácilmente de su apariencia.- Respondí sin pensarlo tanto.
-Tiene usted razón, creo que yo tampoco podría haber olvidado la suya.- Sonrió. -Me llamo Daniel ¿Puedo saber su nombre?- Dijo con notable curiosidad.
-Mi nombre es Camille. Considero adecuado hablarnos de "Tú", no creo que nuestra edad sea tan distante.-
Conversamos un rato hasta que nos dimos cuenta que llegaba la hora de presentarnos en nuestros respectivos trabajos, nos despedimos y partimos por distintos rumbos.
Caminé como si el tiempo no estuviera en mi contra; el día ahora pintaba excelente, el cielo estaba radiante, el aire se sentía fresco y el paisaje se adornaba con distintas flores; mi energía se sentía completamente renovada. En la oficina, todo era igual, las paredes altas y blancas, las pocas cosas que la adornaban y el montón de papeles por revisar; el trabajo seguía tan tedioso como siempre, pero, todo tenía un sabor distinto, estaba gustosa de existir en este preciso momento, me sentía excelente. Tal vez solo fue que hasta apenas me daba cuenta del inicio de la primavera, pero esta ni siquiera era mi estación preferida.
No acordamos encontrarnos al día siguiente, pero inevitablemente, ambos llegamos temprano al pequeño café de la avenida principal con el mismo propósito; vernos nuevamente.
Pasaron un par días de la misma forma, llegar temprano al café, encontrarme con Daniel y platicar de cualquier cosa; que si la mañana era más fresca que la anterior, o si el sabor de la bebida principal era mejor que la que había pedido ese día, solo seguíamos conviviendo hasta que llegaba el momento de retirarnos.
Se sentía como una vieja rutina, tan conocida y cómoda que asustaba, no estaba segura sí deberíacontinuar con esto; para empezar ¿De dónde salió este tipo? Lo he visto diario durante la última semana y no puedo negar que es agradable, pero en realidad nosé nada de él. ¿Por qué llegó de repente y no tuvo problema en venir a diario?¿Por qué tuvo la misma sensación que yo?

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MITZTEMOA NOYOLLO
RomanceMitztemoa Noyollo es una expresión náhuatl que se puede traducir literalmente como "Te busca mi corazón", al día se ha resumido a "Te extraño". Aunque frecuentemente decimos extrañar algo ¿Realmente nos referimos a algo que nuestro corazón está bus...