Potio amoris et libidinis ‣Satzu

I.

Es la primera vez que publico algo asi jsjsjs

Los pájaros cantaban felices por la salida del sol, quien alumbraba y daba a vida a un hermoso bosque lleno de naturaleza, en este se situaba una cabaña de dos pisos, prácticamente en medio de la nada, así era mejor, para persona como ellas si

Nueves chicas habitaban esa cabaña, nueve chicas peculiares, claro, después de todo Vivian en el pueblo de Twiceland, uno lleno de magia y cursaban grados inferiores en el colegio de magia Twicelights

Era de esperarse que las cosas ahí siempre fueran explosivas, eran casi novatas y tenían mucho que aprender

Un martes en la tarde, las chicas habían regresado de sus clases normales desde hace un tiempo, no tardaría mucho y el hambre se haría presente

Dicho y hecho, Sana bajo de su habitación directo a la pequeña cocina que tenían. Hurgo en el refrigerador un rato, no quería comer algo tan pesado ya que a las demás también tendrán hambre muy pronto y Jeongyeon de seguro no tardaba en bajar, a ella le tocaba hacer la comida del día de hoy

Saco la mitad del torso que estaba dentro del refrigerador al escuchar pisadas. — ¡Ah! — Su rostro se ilumino al ver de quien se trataba. — ¡Tzuyu-ah! — Una sonrisa resplandeciente no se hizo tardar en su rostro

La mencionada le regalo una pequeña sonrisa en lo que llegaba a su lado, encogiéndose un poco de hombros al tener su mirada encima suyo

— ¿Tienes hambre pequeña? — Pregunto volviendo a mirar dentro del refrigerador

Las mejillas de Tzuyu se sonrojaron un poco ante el apodo antes de responder. — Un poco en realidad. — No dudo en acercarse más a la mayor, aprovechando que estaba a espaldas de ella para poder apreciar su atractivo perfil, suspirando sin poder evitarlo

Tzuyu también observo el refrigerador en busca de que comer, pero nada dentro de ahí se le antojaba. Distraídamente miro detrás de ella, encontrando una bolsa de plástico blanca en una esquina de la isla. Con curiosidad iba a caminar hasta allá y ver lo que está adentro de la bolsa, pero Sana se enderezo ya con algo en mano y al estar tan cerca choco con su torso, quedando peligrosamente cerca

Sana la miro sobre el hombro y Tzuyu rápido bajo la mirada para posarla en ella. Sus ojos conectaron unos segundos hasta que la mayor de ambas recobro lo noción del tiempo. — P-perdón Tzuyu-ah. — Se alejó como si su cuerpo quemara y lo único que se estaba quemando eran sus mejillas

— No importa. — Con el desinterés -fingido- que la caracterizaba también retrocedió un paso, decidida a ir hasta esa bolsa

Sana la siguió con la mirada, cerrando el refrigerador con un tarro de Nutella en mano. — ¿Qué es?

— Pan. — Sana casi suelta una risa al escuchar su tono emocionado

Tzuyu hurgo un poco más en la bolsa, encontrándose con una pequeña bolsa con pequeños panes y otra con galletas. — ¿Será que puedo comerlo? — Le pregunto a la mayor dudosa ¿qué tal si era de alguien más?