"Demostraré a través de mi forma de vivir, si las cualidades de un rey residen en la sangre de una persona o en su carácter". -
El valiente y simpático cuarto príncipe cae bien a casi todo el mundo. La gente lo admira y su sonrisa confiada resulta c...
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He pasado toda mi vida anhelando el amor... el tipo de amor sobre el que he leído, y que te hace estar dispuesto a arriesgar tu vida.
Pero nunca imaginé que encontraría ese amor en un hombre tan fuerte, valiente y noble como el rey de las bestias.
Nunca imaginé que aquellos ojos ambarinos de un depredador me atraerían... no sólo por su fuerza, sino también por su soledad.
Había estado deseando cambiar toda mi vida, pero poco sabía que iba a encontrar un amor aún más mágico que cualquiera de los que había leído.
Rio: "¡Ta-dah! Aquí estamos, MC -- ¡es nuestro propio nido de amor!"
MC: "¡Eso quisieras! Esto es... realmente, wow. Esto es asombroso. Apuesto a que toda la librería podría caber aquí sin problemas".
Miré a mi alrededor, observando el elegante candelabro, las lujosas sábanas y los muebles, eran de buen gusto pero no demasiado llamativos.
(Esto es tan distinto de mi habitación en la ciudad que apenas sé qué pensar. Sinceramente, es un poco...)
Rio: "Es un poco abrumador, ¿no? Pero, ¿sabes qué?"
MC: "¿Hmm?"
Rio: "¡Yo estoy aquí contigo, ¡así que todo estará bien! Considero que deberías disfrutar y vivir un poco mientras estés aquí".
Fue casi como si hubiera leído mi mente y estuviera ahuyentando mis dudas antes de que se hubieran formado del todo, así que le sonreí.
MC: "Tienes razón. Gracias, Rio. Me siento mucho mejor, sabiendo que estás aquí conmigo".
Rio: "MC... Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase".
Sus palabras tenían un tono de burla, pero sabía que lo decía en serio, y cuando la última de mis dudas se desvaneció, sentí un repentino estallido de entusiasmo.
MC: "Oye, ¿sabes qué? Probablemente debería tomarme un tiempo para aprender un poco sobre este lugar para no seguirte a ciegas".
Rio: "¡Por supuesto! Pero, si te pierdes o me necesitas, llámame e iré corriendo".
Me encaminé poco a poco por el palacio, tratando de orientarme lo mejor posible para no perderme cada vez que saliera de mi habitación.
(Veamos... el despacho ministerial estaba ahí abajo... oh, y ese pasillo lleva a las cocinas. Y creo que...)
El tenue aroma de las rosas me distrajo de mis pensamientos, era tan delicado y delicioso que me sentí encantada al dejar que me desviara.
Las enredaderas de rosas estaban enroscadas a lo largo de la barandilla del balcón, floreciendo en una cacofonía de colores que contrarrestaba el paisaje de Rhodolite más allá.
